Por décadas y a pesar de que muchos especialistas alerten varios problemas de salud por su consumo, las gaseosas son líderes por excelencia entre las bebidas más ingeridas en todo el mundo debido a su rico y muchas veces adictivo sabor que lo hace indispensable en las mesas y comedores. Su sabor azucarado que vuelve loco a los niños y adolescentes más su facilidad de adquisición son otras de las características que la convierte como la favorita de millones de personas.
A pesar de su particularidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) es reiterativo con respecto a las advertencias por los diversos efectos secundarios y negativos para la salud humana debido a su consumo muchas veces de forma excesiva.
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Douglas Bettcher, director del Departamento de Prevención de Enfermedades No Transmisibles de la OMS advierte que: “la ingesta de azúcares libres, entre ellos los contenidos en productos como las bebidas azucaradas, es uno de los principales factores que está dando lugar a un aumento de la obesidad y la diabetes en el mundo”.
Efectos al metabolismo y al dormir
Al igual que la cafeína, las gaseosas pueden generar problemas para conciliar el sueño de la manera más adecuada. La cafeína es un alcaloide que posee efectos estimulantes en el sistema nervioso y el corazón y es también es un vasodilatador, son más los efectos nocivos que genera en el cuerpo.
Con respecto a las gaseosas, el portal Neohogar asegura que “los refrescos no son recomendados para antes de dormir, ya que su alto contenido en azúcares, cafeína en algunos casos y la gasificación pueden causar estragos al momento de dormir”. El consumo excesivo puede causar dependencia, dolor de cabeza, arritmia cardíaca, insomnio, ansiedad, entre otros.
Otra bebida azucarada que se consume con frecuencia en las noches son los energizantes, estos productos deben ser restringidos para personas que tengan problemas de sueño y no deben ser consumidos en horas de la noche en caso de que se pretenda tener un sueño sostenido y reparador.