El cáncer no solo afecta a la persona que fue diagnosticada, el resultado abarca a todo el entorno familiar. Siempre hay una persona o varias que suelen hacerse cargo de la alimentación o cuidados externos que el paciente requiera.
Por otro lado, hacerse cargo del paciente y todo lo referente a la enfermedad puede ser muy estresante o complicado. La persona que atiende al paciente se convierta en la persona que más contacto tenga con el equipo médico, así como quien se encargue de manejar los asuntos con respecto al tratamiento, de administrar los medicamentos, etc...
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Esta rutina podría quitarte espacio en tu vida diaria, y descuidar tus propias necesidades va a ser tedioso. Sin embargo, en este artículo hemos buscado algunos consejos que podrían ayudarte.
- Planea hacer algunas cosas que disfrutes: actividades que necesitas hacer, y las has postergado, ve a almorzar con esa amiga, haz ejercicio o completa ese proyecto pendiente, da un paseo (es fundamental despejar la mente).
- Haz un esfuerzo para mantenerte al día sobre lo que ocurre en la “vida real”, es decir, el mundo no relacionado al cáncer. Ve las noticias. Dedica tiempo para aquello que te apasiona. Durante el día, por ejemplo en la comida no hables sobre la enfermedad, y toca temas tuyos personales, metas o nuevos proyectos que tengas en mente (no descuides tu vida)
- No trates de hacerlo todo solo. Busca la ayuda de otras personas. Involúcralos en tu vida y en las cosas que se tienen que hacer para ti en tu día a día. No subestimes tu cuerpo, ni lo enfoques en la enfermedad de quien estas cuidando eso podría enfermarte a ti también (estrés o ansiedad).
Deja que otros te ayuden
A pesar de las exigencias y el estrés que surgen, hay otras personas que sienten mucha tranquilidad en que tu seas el encargado. Sin embargo, en cierto punto llegará a ser demasiada responsabilidad para una sola persona. Así que ¡Pide ayuda! Los familiares y amigos de la persona que cuidas también pueden darte una mano, pero si no lo dices tampoco la gente podría adivinar.
Por otro lado, te dejamos algunos consejos o sugerencias que podrías considerar cuando alguien quiere ayudar:
- Piense en las tareas en las que necesitas ayuda. Haz una lista, no te olvides detallar cosa por cosa, ejemplo; las medicinas, la comida y otras cosas fundamentales.
- Habla con claridad sobre lo que necesitas, no des vuelta sobre algún tema en específico, si quieres que esa persona se quede todo el día o más, ve y dilo no te quedes con nada la ayuda es para ambos; el cuidador y el paciente.
Los límites que deben haber entre el paciente y su cuidador
En muchas ocasiones verás al paciente triste, feliz o con diferentes emociones normales de la condición médica e incluso normales de cualquier ser humano. Sin embargo, debes establecer un límite entre lo que haces como cuidador y lo que hace el paciente. En muchas ocasiones el paciente no querrá hablar, y eso no podrá ser sinónimo de un conflicto personal, pero no lo debes tomar nada para ti, es el conflicto del momento.
No obstante, es posible que tu y el ser querido quieran acordar algunos límites sobre lo que se espera de ambos como cuidador y paciente. Por ejemplo:
- Determina las tareas que el paciente puede hacer por sí mismo. Permite que el haga tanto como sea posible e incluso por su bienestar emocional.
- El paciente debe sentirse bien compartiendo sus pensamientos y sentimientos, pero tu también puedes animarle a hablar sobre otras cosas que no estén relacionadas con la enfermedad.
- No trates de ocultar las malas noticias o información desagradable como un esfuerzo para proteger los sentimientos de tu ser querido. Esto puede causar desconfianza y resentimiento.
Finalmente, permite que el paciente tome tantas decisiones como pueda, pero no olvides involucrar a los demás familiares en cualquier tipo de decisión o compartir la información que tenga que ver con la condición médica.