Un hombre en Japón habría hecho realidad el sueño de muchos: ganarse la vida haciendo nada. “La gente me alquila todos los días para que no haga nada”, señaló Shoji Morimoto.
Este hombre japonés estudió la carrera de Física e hizo una maestría en terremotos, pero, en junio de 2018 decidió cambiar de rumbo en su vida profesional y emprender un singular negocio: no hacer nada.
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Cuatro años después, Morimoto asegura que aún genera suficiente dinero para vivir en Japón, ya que no le faltan los clientes, con hasta dos o tres personas que suelen solicitar sus servicios al día. Cobra aproximadamente 75 dólares por sesión.
El hombre de 37 años, que está casado y con hijos, comenta que antes de abrir su propio negocio, ninguno de sus anteriores empleos le “hacían sentir bien” y así fue que se le ocurrió la idea de “alquilarse”:
“La gente cercana me solía recriminar que en las fiestas yo no hacía nada. Me sentía culpable. Pero después pensé en que a lo mejor podía sacarle alguna ventaja a ese inconveniente, y se me ocurrió el negocio de rentar a una persona para que haga nada”, declaró.
Lo contratan más que todo para que acompañe a gente a comer y beber
Según cuenta él mismo, puede acompañar a sus clientes a comer y beber, aunque deben pagarle transporte y alimentación. Además, solo hablará si se le hacen preguntas, puesto que iniciar una conversación no es parte del trato.
Morimoto ha revelado que lo han contratado más de cuatro mil veces, e incluso contó que una mujer ha pagado más de 270 veces por su compañía.
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Algunos de los servicios que suele realizar el japonés son: acompañar a las personas que no desean ir solas al supermercado o almorzar con alguien que no quiere comer solo. Incluso, en una ocasión, lo contrataron para que despidiera en la estación a una persona que viajaba a otro lugar.
En otra oportunidad, alguien lo contrató para que se colocara en la línea de meta de un maratón para que lo motivara en la competencia. Y una de las mejores: a dar un paseo en helicóptero.
“Los clientes parecen experimentar un cambio mental positivo tras alquilarme. Me dicen que es liberador poder hablarle a alguien de cosas que no son capaces de decirle a otros. Se sienten mejor al liberar cosas que por sí solas pesan sobre ellos”, detalló.