Uno de los grandes problemas psicológicos por los que sufre el ser humano son, sin duda alguna, los distintos procesos de obesidad o sobrepeso. En esto hay otro gran problema: sus víctimas, en muchos de los casos, sólo lo evalúan por el factor estético y dejan a un lado algo mucho más importante, la salud.
Para los que lo sufren en la actualidad o lo sufrieron en algún momento de sus vidas, todos pueden coincidir que bajar de peso es una tarea verdaderamente difícil y el sacrificio para alcanzar el objetivo no es el mismo para todos.
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Distintos especialistas concuerdan que la actividad física es fundamental en dicho proceso de adelgazamiento, así como las distintas dietas prescritas de acuerdo con la edad y la rutina de cada uno. Sin embargo, los investigadores estadounidenses consideran que clasificar la obesidad en distintos tipos puede ayudar a los profesionales y pacientes a dar con tratamientos más “precisos y personalizados”.
Investigación:
Un estudio de la Clínica Mayo, con oficina central en Rochester, Minnesota, identificó cuatro categorías distintas de obesidad, lo que permitirá llevar adelante tratamientos más enfocados y, por ende, combatir este problema que crece en el mundo (se ha triplicado desde 1975), según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En total, se estima que hay 1.900 millones de personas mayores de 18 años con sobrepeso y 650 millones de personas con obesidad en el mundo.
“Existe mucha desinformación sobre lo que se puede hacer para bajar de peso. La obesidad se ha convertido en una pandemia crónica y recibida, cuyos índices empeoraron año a año. La pérdida de peso sostenida con los tratamientos disponibles continúa siendo un desafío en la práctica clínica”, aseveró a BBC Mundo, Andrés Acosta, gastroenterólogo experto en Obesidad de Clínica Mayo.
Cuatro tipos de obesidad
1. El cerebro hambriento: Este grupo engloba a las personas que no sienten saciedad y que, por eso, no dejan de comer, ingiriendo muchas calorías más que las recomendadas diariamente.
2. El intestino hambriento: Se refiere a las personas que ingieren porciones normales, pero que vuelven a tener hambre a las pocas horas de haber comido.
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3. La comida emocional: A este grupo pertenecen las personas que ingieren alimentos por trastornos emocionales, como ser tristeza, depresión, ansiedad o exceso de alegría, entre otros
4. La combustión lenta: Según Acosta, la mayoría de los pacientes con obesidad que le consultan pertenecen a este fenotipo. De hecho, un 22% del total de las personas analizadas en la investigación, entró en esta categoría.