El Laboratorio de Historia Oral del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR), primero en su categoría en el país, recibió dos subvenciones, una por $500 mil, otorgada por la National Endowment for the Humanities (NEH), y la segunda por $100 mil, concedida como parte del Programa de Subvenciones de Justicia Digital, adscrito al American Council of Learned Societies (ACLS).
Así lo dio a conocer el equipo investigativo a cargo del Laboratorio, compuesto por: las doctoras Ricia Anne Chansky, directora de la iniciativa; y Mary Leonard, ambas del Departamento de Inglés; así como la profesora Jaquelina E. Álvarez, de la Biblioteca General. La propuesta principal, Escuchando a Puerto Rico: La promesa de la historia oral en y más allá de la Universidad, recibió el incentivo económico del programa Sustentando las Humanidades a través del Plan de Rescate Estadounidense (SHARP, por sus siglas en inglés).
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Esa primera subvención se ha destinado al establecimiento del Laboratorio, ubicado en la Biblioteca General del campus mayagüezano, al desarrollo de cursos de historia oral y a la creación de documentales como parte del Certificado de Cine, así como a la infraestructura para proyectos de humanidades digitales.
“Cuando vimos la convocatoria para estas ayudas, nos pareció una maravillosa coyuntura para juntar tres programas bien dinámicos del Recinto, trabajar unidas, brindar oportunidades de aprendizaje activo a los estudiantes, y comprometernos a ayudar y escuchar a la gente de Puerto Rico, al tiempo que nos aseguramos de que sus historias sean diseminadas”, aseveró Chansky, quien agregó que el proyecto está diseñado para convertirse en una unidad activa de colaboración comunitaria.
Precisamente, Chansky y Álvarez, en conjunto con el bibliotecario José J. Morales Benítez, recibieron una segunda dádiva de $100 mil otorgada al proyecto Speaking into Silences: Building Community Archives across the Puerto Rican Archipiélago, cuyo propósito es proveer recursos, adiestramiento y equipo a comunidades para que desarrollen sus propias proyectos de justicia social por medio de la historia oral.
“Este es un premio altamente competitivo, y fuimos uno de los siete equipos de los Estados Unidos en ganarlo. Los fondos para esta subvención fueron proporcionados por la Fundación Andrew W. Mellon. Otros ocho proyectos adicionales en etapas iniciales recibieron los fondos semilla y todas las entidades premiadas tendrán acceso al Nonprofit Finance Fund, con el fin de asegurar la sostenibilidad a largo plazo de sus propuestas”, informó Chansky.
El Programa de Subvenciones de Justicia Digital de la ACLS está diseñado para proveer recursos a proyectos de humanidades digitales que buscan diversificar el ámbito digital, apoyar la justicia y la equidad en las prácticas académicas digitales y mejorar la opinión pública sobre asuntos relacionados con la justicia racial y social. En especial, el enfoque es en propuestas que eleven la historia e intereses de personas y comunidades históricamente marginadas.
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La doctora Chansky explicó que el proyecto subvencionado en el RUM con estos fondos se enfoca en el estudio crítico de situaciones de desastre y la supervivencia en contextos caracterizados por desastres interconectados, como son los huracanes, terremotos y la pandemia, en el caso de Puerto Rico.
El Laboratorio cuenta con una sala para entrevistas y estaciones de edición de videos. Asimismo, el espacio permitirá la preservación y difusión de los relatos mediante un archivo digital, exhibiciones y documentales.
El equipo de trabajo está integrado además por: Carol Hill, archivera puertorriqueña experta en preservación y curación de materiales audiovisuales digitales; Marci Denesiuk, escritora creativa canadiense; los bibliotecarios Morales Benítez y Grisel Rodríguez, así como la doctora Anidza Valentín; y los cineastas galardonados Guillermo Gómez Álvarez y Raisa Bonnet Ocasio.
Por su parte, el rector del RUM, doctor Agustín Rullán Toro, felicitó al grupo investigativo por ambas subvenciones recibidas que contribuyen a preservar la historiografía puertorriqueña.
“Enhorabuena al colectivo docente por este logro que coloca a nuestro Recinto como portaestandarte de la documentación y preservación de tan importante legado, no solo para el país, sino para nuestro estudiantado que se nutrirá del aprendizaje adquirido en el Laboratorio Oral, el primero y único en su clase en Puerto Rico. ¡Enhorabuena!”, reiteró el rector.