Una caída por despiste o el impacto con un objeto al levantarnos sin mirar son situaciones que suelen quedarse en un chichón más o menos aparatoso, pero a veces un golpe que parece no tener importancia pasa factura días o incluso meses más tarde.
En la Revista española “Saber Vivir”, señalan que “más allá del dolor y la sensación de aturdimiento, los golpes leves en la cabeza no suelen tener mayores consecuencias y mejoran aplicando un poco de hielo y tomando un analgésico. Al día siguiente puedes notar una sensación de mareo al levantarte debido a una posición forzada del cuello al recibir el impacto, pero eso, según los especialistas, tampoco es grave”.
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Señales que sí deben alertarte
Según el citado sitio web, por lo general, los golpes que revisten gravedad se detectan enseguida porque…
- La herida sigue sangrando pasados 15-20 minutos.
El cuero cabelludo es una zona muy irrigada, por lo que sangra enseguida, pero basta con lavar bien la herida y comprimir con un paño limpio para que pare la hemorragia. Ahora bien, si ésta no se detiene pasados 15 minutos acude a urgencias.
- Hay pérdida de conciencia, de memoria o de visión, vómitos, problemas en el habla o un fuerte dolor de cabeza.
Esto puede indicar que hay daño cerebral, aunque son síntomas que suelen aparecer cuando el golpe ha sido fuerte (por ejemplo, tras un accidente de tráfico). En estos casos, mientras se espera la ayuda médica, lo mejor es no mover la cabeza de la persona, pero si está vomitando hay que girar cabeza, cuello y cuerpo como una unidad para que no se ahogue.
- A veces un golpe leve provoca un hematoma que se produce por una rotura de las venitas que están sobre la superficie del cerebro, en contacto con el cráneo.
Puede pasar inadvertido semanas o meses y si es muy grande y el organismo no lo reabsorbe puede requerir cirugía para drenar la sangre.