Sí, eso hacen algunas personas, y muchos políticos, se separtan, o son separtados sorpresivamente. Separtada/o es una palabra bonafide y en uso, aunque no esté en el diccionario, como bacalaíto. Esta puntiaguda e impepinable palabrilla expresa que la parte separtada ya no es parte de algo o de alguien.
También, según mis fuentes, remite a alejarse, como por ejemplo, cuando alguien está “separtado de la iglesia o de la política”. ¿Disparate? ¡Claro que no! Es la creatividad lingüística de los hablantes.
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¿De dónde sale? Chenchillo: de la modificación y fusión entre separarse y apartarse. Si se fija, separtada toma la primera sílaba se-, de se-parada, elimina la primera vocal (a) de a-partada, y... ¡tan tan!, nace la linda separtada.
Pero no nos separtemos de nuestro tema. Separtada también sugiere que uno terminó con la pareja sin que mediara explicación; es decir que lo abandonaron y no le dijeron ni adiós, sin postalita ni nada.
Y, de un tiemPILLO a esta parte, hemos visto un rimero de políticos que son separtados fulminantemente o se separtan a toda prisa de sus “amigos incondicionales”. La separtación puede ser muy dura, especialmente, si es usted el que ha sido separtado.
Uno puede separtarse o ser separtado por tropecientas mil razones. Bueno, ya sabe, y por si la oye, no la de por error ni se cohíba de usarla solo porque separtada/o se separte de la norma y del diccionario de la Irreal.
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