Maryorin tiene 13 años y sale con un amigo, Jorge de 14. Hace unos días decidieron compartir con algunos amigos del colegio, fueron al cine. En medio de la oscuridad esta pareja de jóvenes se dio su primer beso.
Además de la explosión de sentimientos y hormonas que es normal en ambos adolescentes, también a Maryorin le dio vueltas a su cabeza cómo le diría a su madre que tenía un novio.
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Por otro lado, la progenitora de la adolescente también ha notado los cambios de actitud de su hija, la frecuencia con la que Jorge visita, las miradas y las risas. La madre sospecha que hay algo y no sabe cómo abordar el asunto.
La adolescencia es una de las etapas más difíciles del ser humano. Abarca desde la pubertad hasta el comienzo de la edad adulta.
En esa etapa, hay mucha confusión, en la que existen cambios físicos, emocionales, sociales, intelectuales, sexuales y todos ellos generan muchas inseguridades.
Así como los adolescentes inician una etapa de rebeldía, los padres se vuelven más intransigentes y autoritarios y cuando se trata el tema de que el joven tiene una pareja, la familia puede llegar al caos.
Los psicólogos y psiquiatras siempre recomiendan en esta etapa, ser como padres más pacientes y tolerantes y lo más importante, estar dispuestos a aclarar las dudas de los adolescentes.
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Según la psicóloga y profesora Carmen Velásquez, miembro de la Federación Psicólogo de Venezuela, los padres deben “generar un ambiente de confianza con sus hijos en el cual se sientan libres de hablar y comunicar lo que sienten”.
“Esta comunicación facilitará que nos hablen sobre el mundo de la pareja y la sexualidad y que pidan ayuda si perciben que están creando vínculos afectivos con los que no se sienten cómodos y de los cuales no saben salir”.
Considera que la clave está en la buena comunicación con el adolescente, no juzgarlos y escucharlos para luego aconsejar sin imposiciones.
Claves para una comunicación asertiva
Según el portal Bebé y Más, estas claves podrían ayudar a los padres a gestionar las situaciones de sus hijos cuando tienen su primera pareja:
Hablar con naturalidad sobre el asunto
No le reclames ni generes discusión. Por el contrario, busca el momento tranquilo, oportuno para mantener una comunicación fluida con él o ella.
“Dejar que el adolescente cuente qué sucede, cómo se siente y escucharlos con mente abierta”, comenta Velásquez.
También recomienda no juzgarlos, no interrumpirlos cuando plantean la situación y si el joven ha tomado la decisión de comenzar una relación sentimental con otra persona, “solo aconsejarlo y presentarle los pro y contra de lo que pueda suceder a futuro”.
Conocer a la pareja
Es lo más adecuado para saber con quién está saliendo tu hijo o hija y así poder evaluar a la persona sin necesidad de discutirle.
El hecho de interesarse por su pareja, hace que el adolescente se sienta más cómodo y confiará más en los padres para contar aspectos de su relación.
De esta manera los padres podemos saber quién es, cuántos años tiene, a qué colegio o instituto acude, si comparten círculo social o intereses.
No obligar a romper el noviazgo
Es inadecuado prohibir sin una justificación coherente y de peso una relación afectiva, asegura la psicóloga.
“Si se considera que hay aspectos de la relación que son “tóxicos” o alarmantes, será más adecuado hablarlo directamente con el adolescente”.
Aclarar cómo se está sintiendo con la relación de pareja, qué espera de ella y qué le aporta dicha relación; intentando reconducir a un diálogo en el que el propio adolescente llega a verbalizar por sí mismo que la relación no es del todo sana.
Hablar sobre las relaciones sexuales
Este es uno de los puntos más difíciles para los padres. Les guste o no, los adolescentes van a experimentar sus primeras relaciones sexuales, por lo que es conveniente tratarlo de manera natural y orientarlos, aseguran los expertos.
Es importante generar una situación de confianza en la que ellos sientan la libertad necesaria para contarnos sus dudas respecto a este tema.
También es necesario hablarles claros de su responsabilidad a la hora de mantener una vida de relaciones sexuales consentidas, satisfactorias para ambos y en la que se protejan de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Hablar con ellos desde nuestras experiencias
Hacerles entender que los padres también pasaron por la etapa de la adolescencia, de cambios y emociones que están viviendo.
Esa sinceridad ayudará a que tengan más confianza y así ayudarles a gestionar algunas situaciones que estén viviendo.
Aceptar su espacio e independencia
Tener espacio propio es necesario y vital en esta etapa. Por eso, la labor como adultos es acompañarles sin intentar controlar sus relaciones afectivas.