Estilo de Vida

Bocadillo Lingüístico: Esa fruta sabrosa y suave llamada: ¿Testículo?

Lee aquí el más reciente Bocadillo Lingüístico que nos presenta la profesora Aida Vergne.

Doctora Aida Vergne Suministrada

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No se alarme. Siga leyendo sin sonrojarse, que esta es una columnita muy seria y respetuosa. Voy. A pesar de que, como indica Vaquero, había infinidad de lenguas indígenas americanas, hubo tres grandes familias muy importantes durante el siglo XV. Estas fueron el tupí-guaraní, el quechua y el náhuatl de México. Esta última, al igual que el quechua, era importante desde mucho antes por el poder político de sus gentes. El quechua se extendió por toda la zona andina, mientras que el náhuatl del imperio azteca hizo lo propio desplazando otras lenguas habladas en México. ¿Y qué tiene que ver todo esto con usted? Pues resulta que en el español actual persisten voces del náhuatl, que las empleamos a diario y ni siquiera sospechamos que se trata de voces antiquísimas, de la altiplanicie mexicana. ¿Ejemplos?: chocolate, tomate, cacahuate, y el sabroso aguacate (āwaka-tl) que nos hace la boca agua. ¿Sigue ahí? ¡No se raje! Covarrubias no la recoge en su Tesoro, pero sí Corominas y Pascual aunque no nos dicen nada de su significado original. Chambers, en su diccionario etimológico, nos explica que originalmente los aztecas llamaban a esta rica fruta “ahuacatl” (que literalmente significa testículo en náhuatl) por la forma semejante compartida. Añade Chambers que también se le conoce como peras de cocodrilo, (por el color y textura de la cáscara). Si se anima y la busca en el diccionario de la Real, allí claritito lo verá: ‘testículo’. Ya lo sabe, para cuando le sirvan una rajita testículo en náhuatl. ¡Buen provecho!

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