Estilo de Vida

El maestro, el ministro y el político administrador

Aquí el Bocadillo Lingüístico que esta semana nos trae la profesora Aida Vergne.

Doctora Aida Vergne Suministrada

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¿Sabía que ministro es, etimológicamente, inferior o menor al maestro? Así nos aseguran Roberts y Pastor, e incluso nos dicen que el maestro ha sido “desde siempre, el grande”. 

Tomen nota allá en Educación, en la Casa de las Leyes y en la Gobernación, por favor. Y, fíjese qué cosa, nos dice el gran Covarrubias que ministro, del latino minister, es el que sirve a otro. 

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De nuevo, tomen nota los... que se sientan aludidos. Interesantemente ministerio, de ministrar, era el oficio que a cada uno incumbe, según el mismo autor. 

De manera que todos (Y MUY PARTICULARMENTE LOS POLITICOS) fuimos, en algún momento histórico, ministros, pues ministrábamos algo (que ejercemos un oficio, o suministramos a alguien algo, como dinero, por ejemplo; de ahí administrar). Pero regresando a ministro, nos cuenta Covarruvias que los prelados (líderes religiosos) se “incautaron” del lindo nombre ministro por razones de “humildad y ejemplo”.  

Curioso, ¿verdad? Las vueltas que dan las palabras, algunos ministros y muchos políticos son impresionantes. Establecido lo anterior, valen unas líneas para el MAESTRO. Del latino magister, el maestro es el que es “docto en cualquiera facultad de ciencia, disciplina o arte, y la enseña a otros dando razón della. (…). Si en esto falta ha usurpado el nombre de maestro”. Maestría remite a la destreza del maestro; magistral es lo que pertenece al maestro, mientras que magisterio es (o era) dignidad (LA MISMA QUE HOY RECLAMAN ESOS SERVIDORES PÚBLICOS Y PRIVADOS). Ha llovido a cántaros para los maestros. ¿Los ministros, los políticos, los pseudocongresistas? Bolsillos llenos, días soleados y cielos despejados… Una pena magistral.

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