Un tribunal de Moscú ordenó la ilegalización del grupo punk Pussy Riot tras estimar una demanda presentada por la Fiscalía rusa, que argumentó que las actividades de la banda constituyen una amenaza para la seguridad del Estado y encajan en la legislación sobre extremismo.
“El tribunal considera fundadas las alegaciones del vicefiscal general de la Federación Rusa y reconoce al grupo punk Pussy Riot como una organización extremista”, declaró el juez al término de una vista celebrada a puerta cerrada, según informó la agencia Interfax.
Las integrantes del colectivo residen actualmente fuera de Rusia y acumulan varios procesos judiciales en su contra, los más recientes vinculados a la supuesta difusión de desinformación y a ataques contra las Fuerzas Armadas, en el contexto de la guerra en Ucrania.
Pussy Riot alcanzó notoriedad internacional en 2012, poco después de su fundación, tras protagonizar una llamada oración punk en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, una acción de protesta contra la reelección del presidente Vladimir Putin celebrada pocos días antes de los comicios presidenciales, que derivó en la detención de varias de sus integrantes.
Ese mismo año, Nadezhda Tolokónnikova, Maria Aliójina y Ekaterina Samutsevich fueron condenadas por vandalismo motivado por odio religioso a dos años de prisión. La condena de Samutsevich quedó suspendida en apelación, mientras que Tolokónnikova y Aliójina recibieron una amnistía en 2013.
El abogado del grupo, Alexander Sofeev, afirmó que la decisión judicial “era solo cuestión de tiempo”. “Los terroristas nos han calificado de extremistas”, declaró en declaraciones al diario The Moscow Times.
Sofeev restó impacto práctico a la medida al considerar que procede de “instituciones completamente ilegítimas” y subrayó que todas las integrantes del grupo viven fuera del país. “No creo que esto suponga grandes cambios”, concluyó.

