La coordinación de la visita de Young Miko a Metro, donde asumió el rol de editora global invitada, no giró únicamente en torno a la estrella del momento.
Desde los primeros correos, las llamadas y los ajustes de agenda, era evidente que todo orbitaba alrededor del equipo. No sorprende: Miko creció entre dinámicas de equipo gracias al deporte, y esa lógica la trasladó —sin pretensiones— a su vida profesional.
De hecho, lo incluyó en su plan editorial para esta edición: explorar cómo el rol del equipo de trabajo es una de las claves reales del éxito de los artistas. Y aquí lo exploramos.
“Mi receta fue convertir a mis amigos en mi equipo”, aseguró.
Para Young Miko, la respuesta aparece sin rodeos cuando le preguntan por su fórmula para llegar al nivel en el que está hoy. “Me preguntan cuál fue la clave del éxito o cuál fue mi plan maestro… y lo único que siempre se me viene a la cabeza es que yo convertí a mis amigos en mi equipo de trabajo”, confesó. “Me rodeo de esa gente y todavía están alrededor mío. Eso también me regresa a la salud, al círculo, a la familia… cómo se mezcla con la industria, cómo te puedo ayudar dentro de la industria”, añadió.
En una escena donde “todo el mundo anda con el cuchillo entre los dientes”, como describe la artista, esta mantiene una filosofía clara: “Es todo. El equipo de trabajo es la clave del éxito”.
Creer en el proyecto: el motor real
La relacionista profesional Lidda García Acosta, presidenta de Grandes Eventos, coincide plenamente. Para esta, el éxito no depende solo del talento del artista, sino de quién sostiene esa estructura detrás del escenario.
“El equipo de trabajo es sumamente importante en la carrera de un artista. Armarse de las personas correctas garantiza el éxito”, afirmó.
“Pero siempre enfatizo que tienen que ser profesionales que crean en el artista y en su proyecto. Esa es la parte más significativa porque si las personas creen en ti, van a trabajar con pasión y van a poner el corazón en cada paso”, reflexionó.
El artista como empresa: estrategia, estructura y especialización
La estratega y relacionista Marivel Ortiz amplía el cuadro: el artista debe verse como una empresa. Y ninguna empresa funciona sin varios departamentos.
“Un artista que esté comenzando o uno establecido debe asegurarse de tener un equipo comprometido que lo ayude a lograr sus metas”, señaló. “Así como las grandes empresas tienen departamentos, el artista debe entender que el equipo correcto le permitirá tener éxito en su empresa —su carrera profesional”, agregó.
Ortiz recomienda un “núcleo mínimo” de colaboradores que incluyan un abogado, contable, manejador, creador de contenido y relacionista. Cada rol, explicó, aporta una pieza esencial para que una carrera trascienda lugares y generaciones.
En un tiempo donde las plataformas digitales permiten exponer el trabajo al mundo sin esperar la bendición de una disquera, la estrategia toma un peso aún mayor. “Deben enfocarse en ser innovadores, auténticos y consistentes para dejar huella y no ser un one hit wonder (artista de un solo hit)”, puntualizó Ortiz.
Delegar para poder crear
Si algo queda claro tras escuchar a quienes mueven la industria por dentro, es que un artista solo puede crecer cuando deja espacio para la creatividad. “El talento que delega lo administrativo y gerencial puede enfocarse en tener más creatividad para su proyecto”, concluyó Ortiz.
Una verdad que se repite
Young Miko lo vivió de manera orgánica; otros artistas lo formalizan con estructuras grandes. Pero el punto de coincidencia es que el éxito artístico es colectivo, nunca solitario. El escenario puede mostrar a una persona, pero detrás hay un ecosistema completo de manos trabajando con precisión quirúrgica, lealtad y estrategia.
El triunfo final —como dijo Miko— es del equipo.