Mila Kunis y Ashton Kutcher han sido durante años una de las parejas más estables y admiradas de Hollywood. Juntos desde 2012 y casados en 2015, han construido una familia lejos del ruido mediático y han cultivado la imagen de ser auténticos, cercanos y con los pies en la tierra. Sin embargo, en los últimos años su reputación se ha visto golpeada por diferentes polémicas: desde su apoyo al convicto Danny Masterson hasta la aparición del nombre de Kutcher en los rumores sobre las extravagantes fiestas de Sean “Diddy” Combs.
Ahora, una nueva controversia los persigue, y no tiene que ver con el cine ni con la música, sino con la mansión en la que viven junto a sus hijos en Los Ángeles.
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Un hogar sostenido en millones
En lo alto de una colina histórica de Beverly Hills, Kunis y Kutcher construyeron KuKu Farms, una finca de seis acres que presume ser un oasis sostenible. La propiedad cuenta con granero, pabellón de barbacoa, campo de maíz y funciona con energía solar. Los interiores, diseñados por Vicky Charles (ex Soho House), mezclan madera recuperada, hormigón y cristal para crear un estilo rústico-moderno que fue celebrado en su momento por Architectural Digest.
“Queríamos un hogar, no una finca”, explicó Kunis en una entrevista. Kutcher agregó que su idea era recrear la esencia de un viejo granero convertido en casa, pero con un aire contemporáneo y funcional. Y la visión se cumplió: los techos altos con vigas de madera, los ventanales de casi seis metros y hasta un imponente candelabro de cristal en el granero de entretenimiento lo demuestran.
El problema es que lo que ellos llaman “casa sostenible”, para muchos internautas no es más que una muestra de lujo desmedido disfrazado de conciencia ambiental.
Internautas no perdonan a Mila Kunis y Ashton Kutcher
Las fotos de la casa, lejos de generar admiración, encendieron los comentarios irónicos. En redes sociales abundan frases como: “Sostenible… sobre muchos millones”, “Eso es todo menos sostenible, ¿cuántos árboles habrán talado?”, “Sostenible con un candelabro de cristal en el granero, claro”, “Mila Kunis y Ashton Kutcher tienen de buenas personas lo que esa casa tiene de sostenible”
Y es que, aunque la finca esté equipada con paneles solares y prácticas de agricultura regenerativa, el exceso de lujo —pisos de roble recuperado, un granero convertido en sala de fiestas y una estructura de concreto y vidrio de proporciones masivas— resulta contradictorio para quienes esperan que “sostenible” signifique también simplicidad y moderación.
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La pareja ha estado envuelta en escándalos imperdonables

Desde el escándalo de Danny Masterson, condenado a 30 años de prisión por violación, la pareja ha estado bajo la lupa. Sus cartas de apoyo al actor, excompañero en That ’70s Show, desataron indignación y cuestionamientos sobre sus valores. Más tarde, el nombre de Kutcher se vio involucrado en las polémicas fiestas de Diddy, sumando otra sombra a su reputación.
Por eso, cuando ahora presumen su “hogar sostenible”, muchos lo ven menos como un gesto de conciencia ambiental y más como un acto de greenwashing hollywoodense.
Mientras Kunis y Kutcher defienden que construyeron un hogar cálido, familiar y consciente, en redes sociales el veredicto es menos benévolo: su lujosa granja de ensueño es todo menos sostenible.
En un Hollywood donde la imagen pública es clave, la casa que debía representar su compromiso con el futuro del planeta se ha convertido en otra fuente de críticas que pone en duda el relato de “pareja ejemplar” que durante años construyeron.