Jacqueline Steiger, quien interpretó a Amanda Thripp en la icónica película Matilda, lleva una vida muy distinta a la que imaginamos. Hoy tiene 38 años, trabaja en cortometrajes, ama la ciencia ficción y colabora con la Comic-Con.

Actuó en otras producciones
Cualquiera que haya visto Matilda (1996) recuerda a Amanda Thripp, la niña de trenzas rubias que fue lanzada por los aires por la temida señorita Tronchatoro. Esa escena se convirtió en uno de los momentos más memorables del cine infantil. Pero lo que pocos saben es que Jacqueline Steiger, la actriz que la interpretó, tomó un camino muy diferente tras el éxito de la película.
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Después de Matilda, Steiger actuó en otras producciones como Dennis the Menace Strikes Again (1998) y An American Rhapsody (2001). Con el tiempo, decidió alejarse de los reflectores para dedicarse a sus pasiones académicas.
Una vida entre libros, diversidad y producción creativa
Steiger estudió Lingüística y Antropología en la UCLA, con una especialización en Estudios LGBT. Aunque dejó de actuar profesionalmente, nunca abandonó del todo el mundo del entretenimiento: hoy trabaja como productora de cortometrajes, combinando su amor por el arte, la cultura y la narrativa visual.
La pasión geek que mantiene viva su conexión con los fans
En una entrevista con Digital Spy, la exactriz compartió que es una fanática empedernida de la ciencia ficción y la fantasía. Cada año participa en la organización de la Comic-Con de San Diego, el evento más importante del mundo geek. “Trabajo cada año en la Comic-Con de San Diego y me encanta todo lo relacionado con sci-fi o fantasía”, dijo con entusiasmo. También confesó que tiene una pasión más simple pero contundente: “La comida es mi cosa favorita, especialmente si tiene queso derretido”.



Aunque su carrera actoral quedó atrás, volvió brevemente a la actuación para participar en la serie web Force Push (2013) y en el cortometraje Rise of the Kitchen Appliances (2014).
Matilda, su favorita de toda la carrera
Hoy en día, Steiger luce muy distinta a Amanda. Lleva el cabello corto, usa gafas y sonríe con esa energía relajada que delata su pasión por la lectura, la cultura pop y el pensamiento crítico. “Matilda fue en realidad mi favorita de toda mi carrera, sobre todo por los adultos con los que trabajamos en el set. Me encanta la cara de sorpresa de los niños cuando me preguntan si le tenían miedo a Tronchatoro”, contó en una entrevista.
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Sobre aquella escena en la que voló por los aires, reveló que no quiso usar doble de acción. “Tenían a una personita como doble, pero no creo que trabajara mucho. Yo quería probarlo todo. El equipo de efectos fue tan amable y tan profesional, que me sentí segura todo el tiempo”, afirmó.



Casi tres décadas después, Matilda sigue siendo un clásico de culto que cruza generaciones. La historia de Jacqueline Steiger es prueba de que crecer lejos del foco de Hollywood puede ser tan inspirador como cualquier final feliz de película.