Avril Lavigne, la cantante canadiense que marcó a toda una generación con himnos como “Complicated” y “Sk8er Boi”, tiene 40 años. Y aunque han pasado 25 desde que firmó su primer contrato musical, su imagen sigue siendo sinónimo de rebeldía, autenticidad y frescura.
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Con un estilo que ha evolucionado sin perder su esencia punk, Avril sorprende hoy por su apariencia juvenil. Cabello largo y rubio con toques de color, delineado de ojos dramático y un guardarropa cargado de botas, faldas a cuadros y accesorios con cadenas: su firma estética permanece intacta. En redes sociales, sus seguidores celebran su vigencia: “Parece que no han pasado los años por ella”, comentan.
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El legado de una voz irreverente
Avril debutó en la industria musical a los 15 años, convirtiéndose rápidamente en un ícono pop punk que supo mezclar melodías pegajosas con letras de empoderamiento juvenil. Fue una de las pocas artistas femeninas en irrumpir en el mainstream con un estilo rockero en una época dominada por el pop convencional.


Su álbum debut, Let Go (2002), fue un éxito mundial y consolidó su imagen de “chica rebelde”. Desde entonces, ha lanzado siete discos de estudio, ha sido nominada al Grammy y se ha mantenido activa tanto en la música como en la moda y causas sociales.


A los 40, Avril sigue siendo una fuerza creativa
Hoy es una artista que combina madurez con coherencia estilística. Su apariencia a los 40 sigue generando comentarios, no solo por su juventud, sino por cómo ha sabido mantener su identidad sin seguir dictados ajenos.


En una industria que muchas veces presiona a las mujeres a cambiar para adaptarse, Avril Lavigne sigue siendo fiel a su esencia. Su historia, lejos de apagarse, sigue escribiéndose con la misma tinta irreverente con la que comenzó hace un cuarto de siglo.