La historia de amor y desamor entre Jennifer López y Ben Affleck siempre estuvo marcada por altibajos dignos de un guión hollywoodense. Tras un primer intento fallido en los 2000, la pareja sorprendió al mundo con su reconciliación casi dos décadas después, y parecía que esta vez todo sería distinto. Se casaron en dos ceremonias: una íntima en Las Vegas y otra espectacular en Georgia, dejando claro que estaban decididos a escribir un nuevo capítulo juntos.
Sin embargo, lo que parecía un final feliz dio un giro inesperado (aunque esperado para algunos). En agosto de 2024, exactamente en su segundo aniversario de bodas, López solicitó el divorcio alegando “diferencias irreconciliables”, decisión que, según fuentes cercanas, tomó tras meses de tensión.
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Aunque ambos intentaron salvar la relación, los rumores sobre desacuerdos constantes, agendas opuestas y estilos de vida incompatibles comenzaron a cobrar fuerza. Y aunque ya han seguido caminos separados, una última propiedad compartida los mantiene unidos, al menos por ahora.
Jennifer López y Ben Affleck enfrentan un último desafío juntos
Tras diez largos meses sin concretar la venta, la ex pareja decidió recortar el precio de su ex hogar compartido en 8 millones de dólares. La propiedad, que en julio de 2024 fue listada por $68 millones, ahora está en el mercado por $59.95 millones, según los registros inmobiliarios. Con esta decisión, tanto J.Lo como Affleck enfrentarán una pérdida estimada de $855,000 dólares, ya que la compraron por $60.8 millones en mayo de 2023.
La mega mansión es una joya arquitectónica de 38,000 pies cuadrados, ubicada en una de las zonas más exclusivas y seguras de Beverly Hills. Diseñada con elegancia atemporal y tecnología de punta, cuenta con 12 habitaciones, 24 baños, un bar, lounge deportivo, gimnasio, ring de boxeo y canchas de basketball y pickleball. También incluye una casa para el cuidador, una casa de guardias con dos habitaciones y un penthouse para invitados de 5,000 pies cuadrados. Y como si fuera poco, una alberca de borde infinito enmarca el lujo del lugar.
Aunque el precio pueda parecer desorbitado, lo cierto es que este tipo de propiedades de celebridades no son fáciles de vender. De hecho, en septiembre de 2024, un comprador llegó a ofrecer $64 millones, pero la operación se canceló inesperadamente por una tragedia familiar del comprador.
¿Qué pasa con la mansión?
Aunque hoy ya viven separados —Ben en Brentwood y J.Lo en una nueva casa cerca de Los Ángeles—, esta mansión fue el símbolo de una etapa que prometía ser eterna.
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La adquirieron menos de un año después de casarse, y su intento por venderla fuera del mercado fue el primer indicio de que algo no marchaba bien. El divorcio se hizo oficial en enero de 2025, pero mucho antes ya se especulaba sobre tensiones internas. En julio de 2024, por ejemplo, pasaron el 4 de julio separados: ella en los Hamptons, él en Los Ángeles.
Según fuentes cercanas, uno de los conflictos era precisamente la ubicación de la casa, que dificultaba a Affleck pasar tiempo con sus hijos, fruto de su matrimonio anterior con Jennifer Garner. “Su vida está en Brentwood. Navegar el tráfico desde esa casa era una pesadilla para Ben”, comentó un insider.
Lo que hace de esta venta un capítulo aún más simbólico es que, pese a los desacuerdos que los llevaron al divorcio, ambos acordaron dividir cualquier ganancia (o pérdida) derivada de la venta del inmueble. Hoy, más que una inversión fallida, la propiedad representa un cierre emocional para una de las parejas más seguidas de Hollywood.
