El sueño de Sergio George de convertirse en beisbolista se interrumpió por una fractura en su muñeca, perdiendo su beca académica. Haciéndole caso al corazón, se adentró en la música a los 19 años, e hizo sus estudios académicos. Es el único músico de su familia. Con el paso de los años, Tito Nieves fue el encargado de abrirle las puertas en la industria. Muchos han escuchado el famoso “¡Ataca Sergio!” en las canciones de Marc Anthony, siendo un sello característico de su carrera. En entrevista con Publimetro, Sergio cuenta esos inicios musicales, la evolución y fusión de la salsa con el urbano, ya que acaba de lanzar su más reciente canción La vida es una fiesta con Wisin, el papel que jugó Colombia en su carrera, y sus recuerdos con Celia Cruz.
En su vida, el béisbol no funcionó. Se fue por la música, donde su carrera ha estado marcada por diferentes hits musicales ¿En qué momento fue consciente de que la música era lo suyo?
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—Creo que fue después que me gradué de la universidad que decidí tocar piano. Empecé a tocar con los salseros exponentes grandes de esa época como Ray Barreto, Hector Lavoe; en ese momento más o menos yo sabía que ese era mi destino, pero no como productor, pero para hacer músicos sí, aunque no me encantó tocar tanto con ellos porque se trasnochaba uno hasta las cinco o seis de la mañana. En aquel entonces, Nueva York era una ciudad súper peligrosa, bueno, todavía (risas). Era una cosa sumamente peligrosa, y también pagaban muy poco, entonces uno arriesga la vida por 40 dólares, entonces era difícil eso, pero me encantó la experiencia de tocar con todos esos grandes. Aprendí mucho.
En diferentes momentos ha mencionado que le gusta meterse en la mente de los artistas como Jiro Varela y Karol G a la hora de componer, ¿Cómo hace ese ejercicio que en la práctica no puede ser tan sencillo?
—Desconectar su ego. Creo mucho en lo que yo hago y en lo que vine a hacer, pero cuando trabajo no soy así. Cuando trabajo con el artista, me desconecto y me meto en sus zapatos para saber cómo ven ellos la vida y la música. No es por nada pero en modo profesional puedo conectar con las personas, Me meto en la cabeza del artista porque respeto mucho lo que hacen. Desconecto del ego y me conecto con su cabeza. Es ponerme en sus zapatos y preocupaciones. Lo hice con Jairo, lo hice con Karol G, y todavía lo hago con Marc Anthony.
El tema del éxito es algo que ustedes como artistas llegan a vivir en algún momento, ¿cómo lo define y maneja?
—A mi nadie me sube el ego y nadie me lo baja. Yo no soy mejor que nadie, y tampoco voy a decir que alguien es mejor. Mantengo los pies sobre la tierra, porque para mí el éxito es relativo, me falta mucho por aprender y recoger todavía. No me considero maestro, maestro Mozart, yo no. Soy bendecido y chistoso de trabajar con tanta gente buena, y amo lo que hago.
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Uno de los sellos de Sergio George ha sido fusionar la salsa con el urbano, ¿Cómo ha sentido la evolución de esas dos cosas?
—Un cambio radical, y va a ser más radical porque lo que se conoce como salsa de los salsomanos va a cambiar porque siempre ha cambiado. Por ejemplo, mi papá le encantaba Tito Rodríguez y Tito Puente, Miguelito Valdez ‘machito’, y los inicios de la salsa es el boogaloo, y eso no tiene nada que ver con Tito Rodríguez, ahí ya cambió. La evolución de la música siempre ha pasado, y las críticas llovían. Lo mismo va a pasar con la salsa comercial, se va a borrar, y quedará en la como un recuerdo nostálgico.