Tras su salida de la cuarta temporada del reality show “La casa de los famosos” (LCDLF) en Telemundo, el pasado miércoles, 21 de febrero, el actor colombiano, Gregorio Pernía, viajó a Miami para reencontrarse con su esposa, Erika Rodríguez.
“Ya contigo, pronto en casa, te extrañe mucho”, escribió el artista junto a un video que publicó en su cuenta de Instagram. Mientras su esposa escribió: “Te amo ❤️ mucho @gregoriopernia te extrañe muchoooo estoy feliz que estás ya con las personas que te amamos”.
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El actor explicó que decidió abandonar el reality show, ya que no se sentía libre y extrañaba a su familia. Pernía habló con la revista People en Español sobre su salida y aseguró que pensaba que el ambiente en LCDLF sería “diferente”.
“Pensé que podíamos hacer un taller de actuación, bailes y coreografías, pensé que podíamos llegar a hacer cosas de cocina, pensé que todo era didáctico y bonito, que era una experiencia bonita, pero la convivencia es tenaz. El reflejo de lo que tu ves, te lo digo de frente, en cada personaje de lo que están ahí es el mismo reflejo de lo que pasas en una sociedad, es lo mismo, en donde está la maldad, la mentira para avanzar. En mi caso como actor estar esperando a que cometa un error y de la leña caída hacer mucho fuego”, sostuvo el colombiano en la entrevista.
“Hoy el ser humano es muy conveniente. Tú vas a un coctel de unos premios y tu compañero te dice ‘oye, quién está en esa esquina’, ‘es el director de…’, ‘ay me interesa hablar con él’; él llega es agradable, muestra una realidad que no es por conseguir un beneficio a cambio, individual y no colectivo. El mundo ahí es conveniente 24/7. Todo el mundo está buscando cómo sacar provecho de todo, ahí se ve reflejado en la casa”, agregó.
El actor— mejor conocido como el “Titi” por su personaje en la novela “Sin senos no hay paraíso”— comentó además que desde el 10 de febrero no quería seguir formando parte del reality show.
“Es como si una mujer de 25 años se casa con un hombre de 72 por algunas cosas: por algunas joyas, bolsos o casas, y a los tres meses esa joven dice: ‘Por Dios santo, qué hice´. Me metieron en una jaula de oro, lógicamente con piscina, jacuzzi con buena cama, pero estaba encerrado, limitado”, expresó.
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Pernia explicó que tuvo que llegar a un arreglo económico con la producción para poder salir del espacio.
“La claustrofobia entró en pique y le digo a la producción que necesito salir y me dicen que la única opción que tenía para salir era con el voto del público. Me autonomino con el grupo enfrentado, les digo que me nominen y me dicen: ‘Perdóname, fue la votación más votada, el público no sé si te castiga o si te ama mucho y lo que quieren es tenerte aquí’ [...] Me tocó llegar a un acuerdo económico con la producción y dije que mi paz mental y mi familia no tiene valor, no tiene precio y preferí llegar un acuerdo con la producción”, contó.