Bill Gates ha generado polémica al revelar quién será el se quedará con su grande fortuna, estimada en 199 millones de dólares.
En lugar de escoger a sus hijos o a su exesposa, Melinda Gates, como herederos, el; multimillonario optó por favorecer a lo que él considera su “cuarto hijo”.
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Los tres descendientes del empresario tecnológico, Phoebe Adele Gates (21), Jennifer Katharine Gates (27) y Rory John Gates (24), se ven afectados por esta inesperada decisión de asignar el 99 por ciento de su fortuna a lo que él denomina su “cuarto hijo”, la Fundación Bill y Melinda Gates.
Muchas personas aplauden este gesto, considerándolo un acto de generosidad y compromiso social. Sin embargo, otros cuestionan su decisión, argumentando que priva a sus hijos de su pertenencia por sangre.
A pesar de que la proporción asignada a sus hijos podría parecer modesta en comparación con las expectativas habituales, cada uno está destinado a recibir alrededor de 10 millones de dólares, una suma considerable.
La estrategia, iniciada por Gates, ha establecido una tendencia entre otros magnates que optan por dejar gran parte de su riqueza a fundaciones u obras de caridad en lugar de a sus herederos naturales.
La Fundación Bill y Melinda Gates se dedica activamente a mejorar la salud y la educación en comunidades alrededor del mundo, priorizando especialmente aquellas en situaciones de desventaja. En el ámbito de la salud, combate enfermedades como la malaria, la poliomielitis y el VIH/SIDA, desarrollando nuevas vacunas y tratamientos.
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Asimismo, la fundación se esfuerza por mejorar la nutrición a nivel mundial, especialmente en niños, y por elevar los niveles de salud reproductiva y materna para disminuir la mortalidad infantil.
En educación, busca mejorar la calidad y el acceso a la educación en naciones en desarrollo, apoyando proyectos que promueven oportunidades educativas equitativas.