Llueve y no escampa en la vida del rapero, Tekashi 6ix9ine. Los pasados días, se desató una polémica tras el artista revelar unos videos en sus plataformas digitales sobre su pareja, Yailin la Más Viral, donde aparecer golpeándolo y rompiéndole sus pertenencias por un aparente ataque de celos. Tanto así, que la dominicana fue arrestada en la residencia que compartían en Palm Beach, Florida, saliendo de prisión luego de que el equipo legal pagara la fianza de $9 mil dólares.
Yailin fue traslada nuevamente a su país natal, República Dominicana. Al momento, amigos cercanos a la intérprete de “Narcisista” han estado brindado múltiples entrevista en los medios de comunicación de la isla hermana asegurando que Tekashi abusaba física, mental y verbalmente de ella. El propio Santiago Matías, CEO de Alofoke, publicó una llamada que le hizo la cantante pidiéndole ayuda ese mismo día que fue apresada aseverando que 6ix9ine la tenía retenida y le había quitado todas sus pertenencias.
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Ahora, el hombre de ascendencia mexicana y puertorriqueña enfrenta una nueva determinación judicial con la que no ha cumplido por un caso con una stripper que alegó que el cantante de hip hop le propinó un botellazo de champán en la cabeza.
Según documentos en manos del portal de noticias “TMZ”, Daniel Hernández, su nombre de pila, tiene que pagarle cerca de $10 millones de dólares a Alexis Salaberrios por ocasionarle una herida profunda que llevó a que le tomaran varios puntos de sutura. Sin embargo, este no ha cumplido con lo establecido en la sentencia que fue dictada el pasado mes de julio.
“Un administrador ha sido designado para tomar el control de los activos del rapero - artículos como su Rolls-Royce y su mansión de Florida - y vender lo que sea necesario para pagar la sentencia de $9,825 millones”, reveló el medio noticioso.
La demanda por parte de Salaberrios fue presentada hace dos años. Aparentemente, Tekashi cometió los hechos en 2021 en el local Gold Rush Cabaret de Miami. En ese entonces, el abogado del hombre de 27 años puntualizó que el botellazo no iba dirigido hacia ella, si no a otra persona que lo llamó “rata”.