En su nuevo libro de memorias, “The Woman in Me”, la cantante y productora estadounidense, Britney Spears, compartió detalles sobre su vida bajo la tutela legal de su padre, Jamie Spears.
Una de las revelaciones más impactantes es cómo, alegadamente, su progenitor la obligaba a seguir una estricta dieta que consistía, principalmente, en vegetales enlatados y pollo.
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Además, la artista reveló que su padre hacía constantes comentarios sobre su apariencia, llegando a llamarla “gorda”. Igualmente, contó que llegó ejercer un control riguroso sobre su alimentación, imponiendo restricciones.
“Lo irónico era que teníamos un mayordomo -una extravagancia- y yo le rogaba que me diera comida de verdad”, mencionó.
Sin embargo, sus peticiones siempre eran negadas. Durante dos años, su dieta fue muy estricta. Y continuó: “Dos años es mucho tiempo para no poder comer lo que quieres, sobre todo cuando es tu cuerpo y tu trabajo y tu alma los que hacen el dinero del que todo el mundo vive”.
Britney reveló que esta dieta tuvo un “impacto negativo en su bienestar”. A pesar de sus esfuerzos experimentó un aumento de peso, lo cual la hizo sentir “fea” e “indigna”.
“Aunque no comía tanto, me hacía sentir tan fea y como si no fuera lo bastante buena. Quizá sea por el poder de tus pensamientos: lo que crees que eres, en eso te conviertes”, dijo.
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A pesar de las restricciones alimentarias, Britney destaca que su cuerpo seguía bastante fuerte: “Mi cuerpo era lo bastante fuerte para llevar a dos niños y lo bastante ágil para ejecutar a la perfección cada movimiento coreografiado sobre el escenario”.
Y concluyó: “Y ahora aquí estaba yo, con cada caloría registrada para que la gente pudiera seguir enriqueciéndose a costa de mi cuerpo”.
Hasta el momento, los representantes de Jamie Spears no han emitido comentarios sobre las revelaciones de Britney. La falta de respuesta de su padre y su equipo ha generado aún más preguntas sobre el nivel de control y restricciones que ha experimentado durante su tutela.