Para el sopranista venezolano Samuel Mariño, de 29 años, la ópera era algo ajeno. Pero, cuando su voz de niño nunca cambió durante su adolescencia, un médico le sugirió ser cantante de ópera.
En la actualidad, es uno de los pocos sopranistas, es decir, un hombre que canta en el rango de soprano, usualmente desempeñado por una mujer, pues requiere de una voz más aguda.
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Su voz particular fue objeto de burla durante su adolescencia. Hoy día, es esa misma voz aguda que lo llevó a ser galardonado, en 2017, con el Premio del Público en el prestigioso concurso de canto Neue Stimmen en Alemania.
“El doctor me dijo eso y yo me meto en Internet y veo que la ópera me apasiona. Creo que la ópera es algo extraordinario. Y me dije ‘bueno, vamos a intentarlo. Vamos a hacer de eso, que fue negativo durante mi infancia, transformarlo en algo extraordinario”, contó el cantante en entrevista con Metro Puerto Rico.
Nacido en Caracas, Venezuela, el joven creció estudiando piano y bailando ballet, pero sus gustos musicales estaban más dirigidos a artistas como Daddy Yankee y Beyoncé. Debido a esto, tiene como objetivo llevar la ópera a todo tipo de audiencias, sin importar sus orígenes.
“Nunca me imaginé que quería ser cantante. Yo empecé a estudiar pintura porque dije ‘quizás puedo ser diseñador gráfico’ o cosas así, porque yo sentía que no iba a ganar dinero cantando”, recordó Mariño, quien, el año pasado, realizó 52 conciertos alrededor del mundo.
“Mi mamá, que prácticamente me forzó, me dijo ‘Samuel, por favor, estudia canto. Te la pasas cantando y veo que eso te gusta muchísimo. Dame ese placer de que estudies canto por un semestre”, explicó el artista sobre cómo llegó a la ópera.
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Mariño comenzó a estudiar música en su país natal, y luego, a sus 18 años, se trasladó a Francia, donde cursó estudios en el Conservatorio Nacional de París.
Su voz ha generado distintas reacciones, tanto dentro como fuera de la industria, pues “hay gente que, por supuesto, es muy apasionada, que cierra los ojos y no se imagina nada, pero hay otra gente que a lo mejor no le gusta, no entiende todavía completamente qué es lo que yo soy, y cómo posicionarme”, dijo el sopranista.
En su día a día, disfruta de la simplicidad de ir al supermercado a comprar frutas, pasear a su mascota y escuchar el último álbum de Karol G. Sin embargo, su éxito y pasión por la música lo han llevado a presentarse en Sudáfrica, Corea del Sur, Australia, Argentina, Estados Unidos, entre otros países. “Entonces mi día a día es empacando todo el tiempo o haciendo nada”, compartió Mariño con una sonrisa.
El artista ha lanzado dos álbumes: “Care pupille” y “Sopranista”, y ya grabó su tercero, el cual adelantó que contará con un toque latinoamericano. “Ya le mostré a la gente que tengo un lugar en la ópera cantando este repertorio. Ahora quiero cantar cosas que me identifiquen más, que sean más de donde yo vengo, que sea más de nosotros los latinos”.
“Soy venezolano, soy latino, tengo ese tumbao, tengo esas cositas conmigo que son muy particulares de nosotros los latinos, los hispanos y llevo eso con mucho orgullo”, añadió.
El caraqueño tiene un interés particular en la integración de diferentes géneros, por lo que quisiera colaborar con Daddy Yankee para mezclar el reggaetón y la ópera, creando así lo que llamó el “reggaetonópera”.
Durante su estadía en Puerto Rico, Mariño ha disfrutado de las playas y dice sentirse en casa. “Es mi primera vez en Puerto Rico y evidentemente me siento en casa aquí. Considero que somos muy parecidos nosotros los venezolanos y los puertorriqueños. Hasta físicamente. Estoy muy feliz aquí, me parece divino”.
El artista, conmovido, añadió que, desde hace cuatro años no visita su tierra natal, por lo que le emociona sentirse en casa aquí en la isla.
Para su presentación, este fin de semana, adelantó que el público puede esperar sinceridad de su parte, además de un repertorio que contiene piezas que datan desde el siglo 15 hasta la actualidad. “Las notas, cantar bonito, todo ese tipo de cosas son importantes para mí, pero, para mí, lo más importante es tener una conexión con el público en ese momento, y que la gente viva conmigo esas experiencias”.
Mariño confesó aún sentirse diferente, y continúa en su búsqueda, tanto profesional como personal, para encontrar su propia “cajita”. “Quiero hacer mi propia cajita, donde hay gente que se sienta como yo, que se identifique conmigo, que sea vocalmente, sea niveles de personalidad, sea cualquier cosa, que entre en esta cajita conmigo y que expandamos esto juntos”.
“Me gustaría decirle, a la gente que quizás se sienta menos que los otros, como yo me sentí cuando era niño – todavía me siento diferente a los otros – que sí se puede, con mucho trabajo, con mucha dedicación, con sudor y lágrimas. La vida, a veces, es un valle. Para mí es un valle que tiene unas colinas altas y otras bajas. Pero hay que soñar y trabajar para cumplir su sueño”, puntualizó el cantante.
Mariño se presentará este domingo, 22 de octubre, a las 6:00 p.m. en la Sala Sinfónica del Centro de Bellas Artes en San Juan.