Tras semanas desde que el sindicato de actores, conocida por sus siglas SAG-AFTRA, tomó la decisión de irse a huelga por no llegar a un acuerdo fijo con la Alianza de Productores de Cine y Televisión, parece haber una luz al final del túnel.
Según Puck News, los grandes estudios de Hollywood (como The Walt Disney Company, Warner Bros. Discovery, Netflix, entre muchos otros nombres de gran poder) han autorizado volver a negociar con el sindicato, reuniéndose con los representantes el próximo viernes, 4 de agosto.
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Esta noticia se da luego de que hace apenas unos días se reportara que la AMPTP se había negado a hablar con la asociación, buscando persuadir a sus líderes a través de otros medios. Además de esto, los grandes estudios también se han rehusado a volver a conversaciones con el Sindicato de Guionistas, que llevan ya desde mayo en huelga.
La huelga de la SAG-AFTRA entró en efecto en 13 de julio, luego de que la AMPTP rechazara sus condiciones contractuales, desde salarios más justos, repartición satisfactoria de bonos y regalías, hasta la regulación del uso de inteligencias artificiales.
A raíz de esto, Hollywood ha entrado en una pequeña crisis sin precedentes exactos, con la suspensión de la mayoría de sus producciones. Además de esto, los integrantes del sindicato tienen la obligación de no ejercer su profesión hasta que se haya llegado a un trato con los miembros de la Alianza de Productores de Cine y Televisión.
Una de las figuras más polémicas en torno a la huelga es Bob Iger, CEO de The Walt Disney Company, quien durante el programa de entrevistas de CNBC Squawk Box, hace un par de semanas, declaró que los actores y guionistas en protesta “no son realistas”: “Hay un nivel de expectativa que tienen, que simplemente no es realista. Y se están sumando al conjunto de desafíos que ya enfrenta este negocio que, francamente, es muy disruptivo.”
Fran Drescher, presidenta de SAG-AFTRA, explotó contra el director ejecutivo durante un meeting del sindicato, respondiendo a Variety con lo siguiente: “[Las declaraciones de Iger] las encontré terriblemente repugnantes y fuera de lugar. Positivamente sordo. No creo que lo beneficien. Si yo fuera esa empresa, lo encerraría detrás de las puertas y nunca lo dejaría hablar con nadie sobre esto, porque es tan obvio que no tiene idea de lo que realmente está sucediendo en el mundo, con gente trabajadora que no gana ni cerca del salario que él gana. Siete cifras altas, ocho cifras, es una locura de dinero lo que ganan, y no les importa si son barones de la tierra de la época medieval”.