Luego de más de dos semanas hospitalizado en el Centro Médico de Río Piedras, el periodista Carlos Weber anunció que fue dado de alta.
Weber fue recluido en la institución hospitalaria el pasado 12 de mayo, luego que resultara con quemaduras e inhalara humo producto del incendio que consumió su apartemento en Dorado.
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El veterano agradeció a sus hijos, a los profesionales del Centro Médico por sus cuidados y a la personas que han contribuido económicamente en el proceso.
Aquí puedes leer sus primera expresiones al salir del hospital
“Comienzo con darle mi agradecimiento infinito a cada una de las personas que me han extendido su mano durante este difícil proceso, tanto económicamente con sus donaciones como también a través de oraciones y deseos de sanidad. Sus esfuerzos han sido sentidos grandemente por mi familia y les damos nuestras más sinceras gracias por la ayuda. Aprovecho este medio para informar que decidimos culminar el proceso de recaudación de fondos a través de donaciones, ya que el apoyo del pueblo de Puerto Rico fue mucho más de lo que jamás esperábamos. Nuestras palabras jamás podrán reflejar el inmenso agradecimiento que tenemos hacia ustedes”.
“Dentro de mi probable caos ideológico, siempre mi prioridad fue dar la mejor calidad de vida posible a mis hijos, pero sin dar mucho margen a su independencia y su toma de decisiones. Hoy, cuando las circunstancias me han puesto en el piso; ellos se han encargado de protegerme y junto a muchos de mis colegas y demás personas, tomar mis manos para ponerme de rodillas primero y dar el último empujón que logre erguirme y ponerme de pie. No le sacaron el cuerpo al bulto y han mostrado una adultez que no conocía. No solo formaron un cordón sanitario a mi alrededor; también se han hecho cargo de lo crucial que me haga salir de esta crisis que ha maltratado a todo mi mundo conocido”.
“Salgo del Centro Médico de Puerto Rico convencido de que son los mejores profesionales, estudiantes, trabajadores que el país debe mantener y mejorar sus condiciones laborales. Yo estaré para ellos, siempre y cuando no vuelva a ser testigo de que deban doblar turnos para al menos rasguñar una reducida y malograda canasta familiar ; sin hablar de LUMA, el agua, la hipoteca y la movilización. Como le dije a todos allí: Si yo tenía algún pedacito del cielo en algún lado; ya se lo regalé a todos los trabajadores del Centro Médico, particularmente los del Centro de Trauma. Siempre estaré para lo que me necesiten”.