Ante la falta de guías turísticos sordos con conocimiento en lenguaje de señas en Puerto Rico, Ricardo Rivera Dávila decidió emprender su negocio Vibra Visual y convertirse en guía turístico para demostrarle a la comunidad sorda local e internacional la belleza de la Isla.
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“Yo me identifico con la palabra ‘Vibra’, ya que es una de las maneras en que nosotros los sordos percibimos información. Nosotros, los sordos, percibimos muchas cosas de la vida a través de las vibraciones, y ‘Visual’ porque es el sentido que más utilizamos las personas sordas. Es la forma en que nosotros los sordos vemos y apreciamos el mundo. ¡Para nosotros, la comunidad sorda, la visión es muy importante! Con mucho entusiasmo, y utilizando la naturaleza como enfoque, hemos diseñado tours de pura aventura y culturales, siempre tomando en cuenta la seguridad del cliente”, explicó.
Ricardo, criado en Juncos, es el único sordo de su familia y aseguró que, aunque saben lenguaje de señas, no es mucho. Por eso, se acostumbró a usar intérpretes para actividades especiales. Para momentos cotidianos, como ir a un restaurante o al supermercado, usa la aplicación Big Note que convierte el texto en voz.
A Ricardo siempre le ha gustado viajar y visitar lugares nuevos, tanto en otros países como en la Isla. Sin embargo, aseguró que el turismo no es accesible para personas sordas en Puerto Rico.
Entre los viajes que ha hecho a lugares como Estados Unidos, Italia y varias islas del Caribe, destacó su viaje a Costa Rica.
“Fui solo, de mochilero, a Costa Rica. Es un lugar precioso. Además, es accesible. Me proporcionaron un intérprete y tienen explicaciones en video con lenguaje de señas. También me encontré con una persona sorda que es tour guide en Costa Rica y me pudo explicar claramente sobre la cultura”, aseguró.
Añadió que, a pesar de haber tenido una muy buena experiencia, siempre se encuentra con barreras de comunicación cuando viaja, ya que el lenguaje de señas es distinto en cada país, incluso en los de habla hispana.
El también maestro de fotografía en el Colegio San Gabriel para niños sordos indicó que a pesar de que nunca ha sentido que ser sordo sea un impedimento, sí se ha enfrentado a múltiples retos en su vida por la invisibilidad de la comunidad sorda en Puerto Rico.

Uno de sus mayores retos fue la educación universitaria. Ricardo comenzó a estudiar biología en la Universidad del Turabo, en Caguas, del sistema universitario Ana G. Méndez, pero aseguró que fue una experiencia “horrible” ya que era el único sordo y no había intérpretes.
Estuvo dos años fuera de la universidad, decidió regresar a estudiar contabilidad y luego educación de lenguaje de señas, pero los problemas continuaron. Explicó que la frustración de tratar de aprender y no poder hacerlo lo llevó a dejar la universidad.
Sin embargo, estos obstáculos lo motivaron a crear su negocio como guía turístico para la comunidad sorda y empezar a cambiar la industria del turismo para que sea más inclusiva. Incluso, espera poder seguir emprendiendo con otros negocios como un restaurante para sordos.
Asimismo, Ricardo usa su plataforma en las redes sociales como influencer para compartir sus viajes y tours a través de videos explicativos en lenguaje de señas.
El joven exhortó a otras personas sordas que quieran ser emprendedores a hacerlo, pero siempre con una mentalidad positiva porque, “el negocio no es fácil, pero se puede. No pienses en la gente negativa, eso te puede hacer perder el tiempo”.