Al entrar al recinto donde Pablo Alborán ofreció su primer concierto en México, como parte de su gira, se escuchaba la voz inconfundible del cantante español.
Guitarra en mano, el artista vocalizaba mientras la banda que lo acompaña ejecuta algunos acordes. Se le escuchaba dar algunas instrucciones y continuaba el ensayo.
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Veinte minutos más tarde, entró presuroso al camerino donde ofreció una entrevista exclusiva para Metro: “¡Hola!, una disculpa”, dijo extendiendo la mano.
El artista presentará el 2 de diciembre su nuevo disco titulado La cuarta hoja.
Mucha actividad para cerrar el año...
—Y estaremos sin parar hasta que llegue Navidad y tomaremos algunas vacaciones para ver a la familia.
En este nuevo álbum, La cuarta hoja, ¿recuperas la buena vibra y el optimismo?
— Es un disco que refleja muy bien el momento en el que estoy, de alegría, de felicidad; después de todo lo que hemos pasado, es un momento de mucha creatividad, de mucho trabajo y de muchas alegrías. Es un disco que acompaña muy bien y me encantaría que pudiera acompañar a la gente en los buenos momentos.
Tu producción anterior, Vértigo, era un material triste y profundo. ¿Es así?
—Salió en mitad de la pandemia, hace dos años, y es un disco que tiene, digamos, más oscuridad. Era un momento en el que sentíamos todos mucho vértigo. El momento que estábamos viviendo... Todos sentíamos la vulnerabilidad de ser humanos, de ser de carne y hueso y de sentir que todo se puede ir de la noche a la mañana, que al final todos somos iguales.
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Pero ya son otros tiempos, quizá por eso La cuarta hoja trae otra vibra.
—Sí, son otros tiempos. Vuelve la actividad profesional, vuelve el poder viajar, el defender mi trabajo en otros países, el hacer entrevistas, no solo a través de un ordenador y ya. Me agarré a todos los atisbos de positividad y quiero transmitirlos y contagiarlos.
¿Cómo inspirarte en cosas positivas en un momento triste?
—Me inspiró darme cuenta de los amigos que tengo, el recuperar un poco el tiempo con mi familia. Me inspiró la gira, estar de cerca con el público. Poder crear, otra vez, después de un vacío total de inspiración... Y la inspiración vuelve una vez que se reactiva la música, las giras, los viajes y el contacto con la gente en otros países y en el mío.
¿Reactivó también tu creatividad?
—Sí, hace que tengas historias que te cuentan, vives las historias de los demás, te hacen partícipe de sus vidas y eso inspira.
Además, es la primera vez que produces desde casa.
—Nunca lo había hecho. He aceptado un poco toda la situación que hemos vivido, pero había que arrancar de nuevo. ¿Cómo arrancamos? ¿Cómo trabajamos a distancia, también, sin que sea un problema? ¿Cómo trabajar sin un reloj y sin cronómetro? También, se dio la oportunidad de colaborar con diferentes productores, que no tienen nada que ver uno con otro. Fue hacer el disco sin pensar que lo estaba haciendo.
¿Tus gustos musicales definen el estilo que ahora tienes?
—Cuando escucho música, es verdad que hay cosas que me emocionan, que son clásicas. Yo quiero seguir luchando por las raíces, creo que es importante y creo que se aprende mucho jugando con lo de ayer y con lo de hoy.
¿No te dejas seducir por las modas?
—Creo que no hay que dejar de escuchar las propuestas que hay hoy en día porque hay cosas superinteresantes.