Es indiscutible que Jennifer Aniston es una de las actrices más talentosas, exitosas y guapas de Hollywood, sin embargo, ella no tenía el mismo autoconcepto gracias a la dura crianza que vivió al lado de su madre, Nancy Dow.
Desde su niñez, nunca tuvo una relación muy cercana y amorosa con la mujer, quien desde siempre le inyectó mucha presión para ser famosa, pero a la par la menospreció haciéndola sentir “fea” y “tonta” como ella ha confesado en ocasiones.
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“Ella era impresionante, yo no. Sinceramente, todavía creo que no tengo ese tipo de luz, lo que está bien”.
— Jennifer Aniston sobre su madre.
Según relata Mujer hoy, quienes la conocieron aseguran que Nancy era atractiva y siempre se la mantenía de punta en blanco bien arreglada. Estas expectativas se la transmitió a su hija, a la que siempre le exigió que fuese perfecta.
“No salí la niña modelo que ella esperaba. Yo solo quería ser amada por una madre que estaba demasiado ocupada con cosas que no importaban”, expresó la intérprete de Rachel Green en Friends tiempo atrás.
Por esta razón, Jennifer Aniston padeció en carne propia baja autoestima y muchas inseguridades durante gran parte de la niñez y la juventud, algo que parece sorpresivo por su belleza, talento e inteligencia que marcó una época en la televisión.
Pero es que incluso, comenzar en la actuación y hasta los estudios en general fueron un calvario para la estadounidense por su problema de dislexia no detectado. Por esta razón, su madre creía que era una idiota.
En esa etapa, la famosa de 53 años sufría inmensamente hasta para leer un libro, lo que le daba pie a las fuertes críticas de Dow, quien además le hizo otros desplantes como ventilar detalles de su vida privada a la prensa y lucrarse con las intimidades de Jennifer confesadas en el libro que escribió From Mother and Doughter to Friends: A Memoir.