Si derramaste lágrimas en Toy Story , prepárate para conmoverte con Lost Ollie, la nueva serie de Netflix que combina la acción real con la animación digital y que ya está disponible en la plataforma.
En la propuesta que cuenta con cuatro episodios, Ollie, un conejo de peluche busca encontrarse con su dueño luego de extraviarse y en la travesía se juntará con otros peluches que cuentan con historias particulares. La cinta —dirigida por Peter Ramsey— está inspirada en la novela Ollie´s Odyssey del autor e ilustrador William Joyce, artista que participó en la creación de personajes de la exitosa Toy Story. Sobre juguetes favoritos y otros temas, la actriz de ascendencia puertorriqueña Gina Rodríguez, quien interpreta a la madre de Billy, el niño que pierde a su mejor amigo y Jonathan Groff, quien presta su voz a Ollie, hablaron en exclusiva con Metro.
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Gina, tu personaje en esta serie es el núcleo emocional que impulsa la historia. ¿Cómo fue la relación con el niño que interpreta a Billy, y qué hicieron fuera del set para lograr esa tierna y hermosa química?
Gina —Kessler, el pequeño que hace de mi hijo, y también tuve otros dos niños pequeños que hacían de mi hijo en diferentes edades. Kessler fue muy cariñoso muy rápido, pudimos crear un vínculo muy rápido y tuvimos que hacerlo en poco tiempo. Pero él es un gran pequeño actor y supo cómo llegar allí bien rápido. Pero también sus madres fueron muy serviciales y amorosas. Y realmente crearon una dinámica segura para que ambos entráramos en la experiencia madre e hijo. Siempre había querido ser madre. Y entonces, para mí, fue como practicar. Fue tan encantador y maravilloso.
Jonathan, no es la primera vez que le das vida a un personaje animado. ¿Cómo fue el proceso para encontrar la voz de Ollie? ¿Es un trabajo que haces solo? ¿Presentas ideas? O, ¿Te las provee la producción y construyes sobre eso?
Jonathan —Recuerdo haber leído el guion y llorar. Estar bien conmovido por esta historia, entonces sentí ese jalón que siempre he tratado de responder cuando lees algo y te sientes tan conmovido. Es justo ahí donde comienza el impulso artístico, por lo fuerte que me hizo llorar esa historia. Y luego el proceso de hacer la voz fue una combinación de aprendizaje técnico, y aprendiendo un nuevo acento junto a una amiga que es actriz y profesora de dialectos. La contraté para que me ayudara con el acento específico de Kentucky, el estado natal del creador del programa, Shannon, y donde se ambienta la serie. Así que tenía muchos sentimientos y mucha inspiración sobre cómo debería sonar. Y luego Peter, nuestro director, hacía las escenas como si él fuera el lector. Leía las otras líneas y sabría identificar cuándo era correcto, en el momento en que se le ponía la piel de gallina, particularmente tratando de llegar a las escenas emocionales. Y lo hacíamos una y otra vez hasta que lo sentíamos juntos. Luego su barómetro de piel de gallina era la señal de que lo teníamos y podíamos seguir adelante.
¿Cuál fue ese juguete que aún recuerdan con cariño?
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Jonathan —Recuerdo haber visitado Nueva York, con mi hermano, cuando tenía, siete, ocho o nueve años para conseguir una Teenage Mutant Ninja Turtle, porque nos gustaba mucho. Mi hermano consiguió a Leonardo, la tortuga azul, y yo Donatello, la tortuga morada. Así que diría que ese fue, porque me encantaba.
Gina —Cuando mi hermana mayor, que es 10 años mayor, a sus 21 años, recién graduada de la universidad, consiguió un trabajo realmente importante. Yo tenía 11 años, ella me llevó a FAO Schwarz en Nueva York y me compró esta enorme rana verde. Era enorme (se ríe). Era más grande que yo. Y tuvo que enviármela, porque no podía traerla de regreso en el avión y recuerdo esperar tanto tiempo para que llegara. De hecho, creo que mi mamá todavía puede tener esa rana enorme en algún lado o podría habérsela dado a uno de mis sobrinos. Debería preguntarle.