La nominación al Oscar de Germaine Franco por la partitura de “Encanto” es un hito para las músicas latinas en más de un sentido.
Franco, una estadounidense de ascendencia mexicana, es la primera mujer en componer música original para una cinta animada de Disney, una categoría atesorada por el estudio que le ha valido Premios de la Academia por películas como “The Little Mermaid” (“La sirenita”, “Beauty and the Beast” (“La bella y la bestia”) y “The Lion King” (“El rey león”).
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Otras mujeres han ganado la categoría, incluidas Hildur Guðnadóttir por “Joker” (“Guasón”), Anne Dudley por “The Full Monty” (“Todo o nada”) y Rachel Portman por “Emma”, pero de triunfar este domingo, Franco sería la primera latina en conseguir la estatuilla.
“En cualquier año, nosotras, las compositoras entre las 100 películas más taquilleras, somos de 2 a 5 por ciento. Eso es muy bajo, y ni siquiera estamos hablando de mujeres de color, sino de mujeres en general”, dijo Franco en una entrevista reciente por videollamada desde Los Ángeles.
En la contienda por el Oscar a la mejor música original es la única este año. Compite con Nicholas Britell por “Don’t Look Up” (“No miren arriba”), Hans Zimmer por “Dune” (“Duna”), Alberto Iglesias por “Madres paralelas” y Jonny Greenwood por “The Power of the Dog” (“El poder del perro”).
Franco está acostumbrada a ser pionera. En 2016, fue la primera mujer latina en ingresar a la rama de compositores de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas. Nacida en El Paso, Texas y egresada de la Universidad de Rice, es nieta de inmigrantes mexicanos originarios de Parral, Chihuahua, y Santiago Papasquiaro, Durango.
“La mayor barrera es hacer que las mujeres realmente sean remuneradas en vez de hacer trabajo de gratis... Siempre he defendido que las compositoras sean pagadas y que sigan educándose”, dijo. “Es un camino muy largo, súper largo... Muchas mujeres lo dejan porque no tienen el éxito que quieren y luego tienen que cuidar a su familia y ese es el otro tema: las mujeres están haciendo los dos trabajos, están trabajando y muchas de ellas están criando familias”.
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Franco ha creado música para películas como “Work It” (“Work it: Al ritmo de los sueños”), “The Sleepover” (“Una noche de locos”), “Dora and the Lost City of Gold” (“Dora y la ciudad perdida”) y “Little” (“Pequeño gran problema”), así como el tema principal de la serie animada “The Casagrandes” (“Los Casagrande”). Pero lo que la encaminó a componer para “Encanto” fue su trabajo en la banda sonora de “Coco”, compuesta por el estadounidense Michael Giacchino, para la cual fue convocada con el fin de ejecutarla en México con músicos locales y para la que también compuso canciones como “Un poco loco” y “Proud Corazón”, además de producir y hacer arreglos para la orquesta.
Con esa experiencia, no dudó en aceptar el reto de “Encanto”. Sin embargo, esta vez la pandemia no le permitió viajar a Colombia.
“Para ‘Coco’ fui a la Ciudad de México, trabajé con 50 músicos y los produje, fue hermoso. En ‘Encanto’ fue diferente, pues no pude ir yo misma. Lo que hice fue encargar que nos fabricaran todos estos instrumentos y literalmente contraté a un lutier para hacer la marimba de chonta, algunas tamboras, cununos (tambores). Compré bandolas, cuatros”, contó Franco.
La compositora estudió y practicó diversos géneros tradicionales colombianos como cumbia, joropo, vallenato, bullerengue y mapalé. También trabajó con músicos colombianos en Los Ángeles, algunos de la banda de Carlos Vives, quien a su vez interpreta la canción “Colombia, mi encanto”, así como un coro colombiano.
“Tuve grandes músicos; hay tantos músicos latinos en Los Ángeles. Tuvimos al acordeonista de Carlos Vives, Christian Camilo Peña, y su trabajo es hermoso en las cumbias. También tenemos a Pedro Eustache de Venezuela, él toca las bellas flautas, las gaitas, todas las flautas que escuchas en la música original, y también a Justo Almario, quien es un increíble clarinetista y saxofonista (colombiano)”, dijo Franco.
La misma Franco tocó percusión para la banda sonora.
“Empecé a tocar tambores a temprana edad y crecí en la frontera de Ciudad Juárez en El Paso, (donde) había tanta música todo el tiempo”, dijo. “Cuando viajé en México como estudiante universitaria, simplemente me sentaba con diferentes ensambles y grupos de marimba y les preguntaba ‘¿puedo tocar?’, y ellos me dejaban. Luego toqué los timbales”.
Ser parte de la orquesta de “Encanto” le resultó “lo más divertido”.
“Cuando he escrito todo, puedo ir al estudio y tocar con el resto del grupo y eso me parece súper emocionante porque no quiero dejar de tocar, quiero seguir haciéndolo”, dijo.