El equipo de fútbol del Chelsea se proclamó campeón del primer Mundial de Clubes con 32 equipos tras imponerse con autoridad al París Saint-Germain por 3-0.
El conjunto inglés desplegó un fútbol contundente durante la primera mitad, suficiente para neutralizar al vigente campeón de Europa en la final celebrada este domingo en el estadio MetLife, en East Rutherford, Nueva Jersey.
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Con esta victoria, los “Blues” no solo suman un nuevo trofeo internacional a sus vitrinas, sino que también inauguran con gloria una nueva era del torneo global de clubes.
Frente a 81.118 espectadores, los londinenses se llevaron la corona con una actuación soberbia del mediocampista británico Cole Palmer, autor de un doblete en los minutos 22 y 30. El delantero brasileño João Pedro (43) completó la faena para los dirigidos por el italiano Enzo Maresca, que liquidaron a Les Parisiens, con una actuación casi sin fisuras, que dejó a los franceses sin opciones.
El resultado permite a Chelsea sumar un segundo título este año, tras la Conference League que se llevaron a expensas del Real Betis. Por su parte, el PSG se estrelló en una final a la que acudía como favorito, tras una temporada magnífica y después de triturar al Real Madrid por 4-0 en semifinales, y dijo adiós al sueño de completar el sextete.
Arranque formidable
El arranque del Chelsea fue formidable. Con una audaz y sorprendente apuesta de Maresca por asfixiar al PSG y por salir al máximo de revoluciones al ataque, Enzo Fernández se situó junto a Joao Pedro en la punta de la presión mientras Pedro Neto y Palmer se volcaban en las ayudas en las costados para cerrar las incursiones de Achraf Hakimi y Nuno Mendes.
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En el segundo lapso, los franceses intentaron recuperar el aire y tuvieron varias ocasiones para descontar, pero Robert Sánchez tuvo una actuación formidable que acalló el grito de gol con varias tapadas notables. En el otro pórtico, Liam Delap, quien ingresó en el segundo tiempo en reemplazo de Joao Pedro, tuvo dos oportunidades claras para ampliar aún más las diferencias, pero Gianluigi Donnarumma lo impidió.
El final del partido fue brusco, con constantes choques entre los jugadores. Joao Neves se fue expulsado y tras el pitazo final hubo de nuevo discusiones, también con los cuerpos técnicos involucrados, que empañaron el desenlace de un triunfo por lo demás espectacular del Chelsea.