Desde hace muchos años, cada febrero la página de Change.org se llena de solicitudes para convertir al lunes posterior al Super Bowl en un feriado y así evitar ir al trabajo o al colegio con la resaca que genera el evento deportivo más importante de Estados Unidos.
La idea tiene mucho sentido económico también, ya que el lunes después del Super Bowl es el día de mayor ausentismo laboral durante todo el año.
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Sin embargo, pese a las decenas de miles de firmantes, esa petición no ha estado ni cerca de convertirse en un proyecto de ley. Pero ahora esos millones de hinchas tienen una nueva esperanza tras escuchar una reciente entrevista de Roger Goodell, el comisionado de la NFL.
¿Por qué ahora el Super Bowl podría convertirse en un feriado?
Con motivo del NFL Draft realizado hace unos días en Detroit, Goodell estuvo de invitado en el programa de Pat McAfee, un ex punter de la liga convertido en uno de los principales comentaristas de fútbol americano.
Ahí el comisionado mencionó la opción de extender la temporada regular de la NFL de 17 a 18 partidos y rebajar de tres a dos los duelos de pretemporada.
“Si llegamos a 18 y 2, no es irracional. La otra cosa que hace es que el Super Bowl coincidiría con el fin de semana del Día de los Presidentes, que es un fin de semana de tres días, lo que hace que el partido sea el domingo por la noche y luego tengas el lunes libre”, dijo Goodell.
Actualmente, el Super Bowl se disputa el segundo domingo de febrero, y el Día de los Presidentes, que esencialmente es un feriado para conmemorar a George Washington, es lunes posterior al tercer domingo de febrero.
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El próximo año, por ejemplo, el Super Bowl se jugará el domingo 9 de febrero en Nueva Orleans y el Día de los Presidentes cae el lunes 17 de febrero.
¿Cuándo se podría implementar el cambio de fecha del Super Bowl?
El comisionado de la NFL fue más allá y dijo que “no soy una hincha de la pretemporada, no creo que necesitemos la pretemporada”.
Desde hace varios años, los partidos de pretemporada son utilizados esencialmente para darle minutos a algunos novatos, y a la tercera línea de jugadores con tal definir los últimos cupos del plantel de la temporada regular y para los equipos de práctica. Los titulares, si es que entran a la cancha, lo hacen por escasos minutos con tal de evitar alguna lesión.
El problema para los planes de Goodell es el sindicato de jugadores, que hace algunos años en una reñida votación apenas aceptó pasar de 16 a 17 partidos en la temporada regular y solo porque venía con importantes alza en los sueldos para los futbolistas.
El sindicato y muchos jugadores no quieren aumentar las fechas de la temporada regular debido a la dureza de este deporte. Por eso, un plan para llegar a 18 partidos necesariamente debe venir de la mano de una ambiciosa propuesta económica.