NUEVA YORK (AP) — Hubo un tiempo en que Ryan García era un mejor boxeador que Devin Haney.
El propio Haney lo reconoce, aunque se percata de que han pasado 10 años de eso. Fue al comienzo de una rivalidad entre dos púgiles, entonces amateur, que se enfrentaron seis veces y dividieron triunfos.
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Ahora los dos son profesionales. Haney (31-0 con 15 nocauts) es uno de los mejores del mundo.
El exmonarca indiscutible de los ligeros subió de categoría el año pasado y se apoderó de un título en un debut dominante como superligero (140 libras).
García (24-1 con 20 nocauts) sigue una trayectoria distinta.
Su comportamiento errático en público y en las redes sociales llevó a que la pelea que ambos disputarán este sábado por la noche en el Barclays Center de Brooklyn no sirva como barómetro sobre cuán preparado o interesado estaba.
No dio el peso, así que no podrá obtener el título del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) que ostenta Haney, ni siquiera si lo vence.
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Pese a todo, la conducta de García ha hecho que Haney se diga más decidido a ganar.
“Ésta no es una pelea fácil pero yo haré que así parezca”, comentó Haney. “Pese a todas sus payasadas y todo esto, sigo concentrado. Tengo una visión de túnel y lo demostraré el sábado. Todas sus payasadas, todo eso que él ha hecho, terminará traicionándolo”.
Una rivalidad otrora respetuosa entre dos púgiles californianos que tienen 25 años se ha agriado rápidamente. Ambos se encararon en Las Vegas antes del Super Bowl.
Y durante la semana de la pelea, Haney empujó furioso a García, antes de que ambos discutieran durante un evento promocional en el edificio Empire State.
Un par de días después, García lanzó una andanada de insultos, más rápida que la mejor que haya conseguido con sus puños, durante una última conferencia de prensa.
En la antesala de la pelea, dedicó mucho tiempo a hablar sobre teorías de la conspiración, religión, celebridades y, ocasionalmente, boxeo.
El exceso fue tal que pereció que no había forma de que pasara tiempo suficiente en el gimnasio.
García había insistido en que no sólo era serio, sino mejor que Haney, a quien consideró un peleador mediocre.
“Sé que él tiene mucho talento. Lo enfrenté seis veces, pero ha llegado mi momento, y estoy aquí para demostrarlo”, indicó recientemente. “Al fin tendré ese cinturón verde y dorado y nadie podrá decirme nada”.
Puede olvidarse de eso, luego de excederse más de tres libras respecto del límite un día antes de la contienda. Ello le costó 1,5 millones de dólares, luego de apostar 500.000 dólares por libra con Haney a que daría el peso reglamentario.
La pelea se mantuvo en pie, pero García no podrá ganar el título.