CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Cuatro meses después de que el huracán Otis pusiera en duda su continuidad, el Abierto Mexicano de tenis se prepara para una nueva edición en el puerto de Acapulco, que aun sigue recuperándose de la destrucción.
Con cuatro tenistas dentro de los 10 mejores del mundo, el lunes arrancará la nueva edición del torneo categoría 500 de la ATP. Los organizadores reconocen que las condiciones no serán iguales a las del pasado.
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“Inicialmente el panorama era gris y era difícil visualizar, pero hoy podemos decir que estamos prácticamente al 100 por ciento para recibir a los aficionados”, dijo el director del torneo Álvaro Falla. “Hicimos el esfuerzo para llegar a donde estamos y hoy poder decir que estamos listos”, agregó.
La madrugada del 25 de enero, el huracán categoría 5 azotó al balneario mexicano y dejó 52 muertos y 32 desaparecidos, además de que dañó gravemente hoteles, casas, centros comerciales y otras instalaciones como la Arena GNP, sede del torneo.
Los daños fueron tan severos que los organizadores consideraron cancelar el torneo o mudarlo de sede, pero los organizadores afirman que invirtieron 200 millones de pesos (unos 11,6 millones de dólares) para tener lista la sede.
Además del reto de reparar los daños a la infraestructura de la Arena GNP existía incertidumbre sobre la capacidad hotelera para recibir a los aficionados que desde 2001 hacen el viaje al centro vacacional y que fue reducida drásticamente por Otis.
Antes del huracán y de acuerdo a cifras del gobierno local, Acapulco poseía una capacidad de 19.000 habitaciones en todos los hoteles del balneario. En el último reporte dado a conocer el 14 de febrero se informó que hay sólo 7.110 disponibles.
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Esa reducida capacidad afectará el número de visitantes y ahora los organizadores esperan la visita de 45.000 turistas a lo largo de la semana, una cifra que representa la mitad de los que acudieron en la edición de 2023.
Aunque saben que con esas cifras seguramente no alcanzarán números negros, los organizadores decidieron seguir adelante.
“Los amigos se ayudan en las buenas y en las malas y se levantan juntos y es lo que estamos haciendo”, agregó Falla.
Falla dijo que junto con el gobierno del estado de Guerrero decidieron seguir adelante porque el torneo representa trabajo para 11.000 familias de Acapulco. De acuerdo con datos gubernamentales, el 90% de los trabajadores del torneo son oriundos del balneario.
“Ellos (los organizadores) decidieron darle esa oportunidad y esa fuente de empleo a los acapulqueños y eso es muy importante porque eso quiere decir que parte del beneficio se queda aquí y eso es muy importante”, dijo la gobernadora del estado, Evelyn Salgado.
El torneo además representará el primer evento internacional realizado en el balneario luego del huracán. Más adelante en el año hay contemplados otros, como un festival de mariachis, una función de lucha libre y un bazaar turístico, entre otros.
“El torneo es un cambio económico a Acapulco. Nos tocó ser el primer evento, lo hemos armado con todas las garantías, con los mejores jugadores, fiestas sociales, espectáculo deportivo. Hay que celebrar que Acapulco está de pie”, agregó Falla.
Aunque las instalaciones están listas y parte de hotelería también, los organizadores están preocupados porque en las últimas semanas ha habido protestas y bloqueos en las avenidas principales de Acapulco realizadas por damnificados del huracán que demandan más recursos por parte del gobierno federal.