LAS VEGAS (AP) — Las apuestas deportivas legalizadas siguieron expandiéndose este año, si bien incidieron en escándalos de deportes colegiales y en suspensiones de la NFL donde fueron castigados jugadores que infringieron las políticas al respecto.
Seis estados aprobaron leyes para permitir las apuestas deportivas. Uno más, Florida, las relanzó luego que una batalla legal de un año concluyó en octubre con un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos en favor de los casinos.
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Pero se abstienen aún de sumarse a esta tendencia dos de los estados más poblados del país —California y Texas-. Quienes defienden las apuestas deportivas esperan que haya progresos en ambos estados hacia la legalización en 2024.
No hubo iniciativas aparentes en California este año para legalizar las apuestas deportivas, después de dos medidas rivales, incluida una apoyada financieramente por las tribus nativas americanas, que naufragó en una votación en 2022.
Baird Fogel, abogado de California que trabaja con la industria de las apuestas, opina que la clave está en obtener el apoyo total de las tribus.
“Recuerden, las tribus no necesitan esto”, dijo Fogel. “Pueden esperar por siempre. Ése es el truco aquí, lo que todos necesitan para que medite esto. Hay que ser proactivo al acudir a ellos con una idea de cómo puede obtenerse su apoyo, porque sin éste, esto no irá a ningún lado”.
Fobel dijo que las tribus podrían mostrarse receptivas con un planteamiento correcto. Connecticut y Nueva Jersey llegaron a nuevos acuerdos porque esos estados alcanzaron pactos con los casinos tribales.
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Cierto tipo de división de los ingresos podría conseguir que se firme un acuerdo en California, consideró Fogel.
“Va a pasar”, dijo Fogel. “Tan sólo los ingresos por impuestos son una locura. Cualquier casino está generando ya 9.000 millones de dólares al año en California. No puedo imaginar siquiera el nivel al que este globo se elevaría si se pudiera hacer esto desde la comodidad de la casa en un dispositivo móvil”.
En Texas, cualquier propuesta para realizar apuestas en casinos implicaría una negociación que podría llevarse años.
Los defensores de estos proyectos han inyectado millones de dólares en los comités de acción política y en donaciones de campaña. Miriam Adelson, magnate de los casinos que alcanzó en noviembre un acuerdo para comprar los Mavericks de Dallas, donó 1 millón de dólares a la campaña del gobernador republicano Greg Abbott en 2022.
Las medidas en materia de juego han ido ganando apoyo, pero una ola de gastos no ha ganado fuerza en una legislatura donde persiste la resistencia a la legalización de los casinos. El Partido Republicano de Texas aprobó una resolución que mostró una renovada oposición a las apuestas en los casinos entre los activistas de su grupo político.
No hay un mayor obstáculo que el vicegobernador republicano Dan Patrick, quien controla el Senado estatal y tiene una influencia enorme sobre si las propuestas se someten siquiera a votación. Una medida sobre las apuestas, que habría permitido usar los dispositivos móviles para tal efecto, fue aprobada por la Cámara de Representantes la semana pasada pero nunca se sometió a la consideración del Senado.
“El electorado republicano controla Texas”, dijo Bill Miller, consultor de ese partido durante años. “No pienso que ahora esté enamorado de los juegos en los casinos. Será una tarea desafiante cambiar eso”.
Los legisladores de Texas no sostendrán de nuevo una sesión regular sino hasta 2025, y Patrick podría buscar la reelección en 2026.
“Al paso del tiempo, las apuestas llegarán a Texas en todas sus versiones. Los casinos serán la última”, vaticinó Miller. “Hay que tener paciencia y dinero. Hay que tener la fuerza financiera para seguir en el juego”.
Hay señales de que Las Vegas Sands, empresa encabezada por Adelson, busca intentar y esperar. Los registros de propiedades consignados en los medios de la zona metropolitana de Dallas indican que la empresa de casinos compró otros 100 acres (40 hectáreas) de tierra cerca del lugar del viejo Texas Stadium en Irving.
Georgia y Missouri son los otros estados a los que debe prestarse atención en 2024. En Georgia podría presentarse de nuevo una iniciativa, tras el fracaso de dos anteriores.
Una propuesta aprobada este año en la Cámara de Representantes de Missouri no salió adelante en el Senado, pero podría revivir.
Durante décadas, las apuestas deportivas se toparon con la oposición de la NCAA y de las ligas profesionales, ante las preocupaciones por un posible amaño de partidos que podría socavar la legitimidad de los partidos. Ahora, que las apuestas son ampliamente aceptadas e incluso promovidas, quienes ocupan puestos poderosos en el deporte colegial y profesional han tenido que adaptarse, pese al surgimiento de algún encabezado negativo en la prensa.
Más de 40 deportistas de Iowa e Iowa State fueron implicados en una investigación sobre apuestas. Nueve de esos atletas se declararon culpables de apuestas por parte de menores de edad.
Brad Bohannon, entrenador de basquetbol de Alabama, fue despedido luego de realizar apuestas sospechosas relacionadas con un partido del equipo en un establecimiento de Cincinnati.
La NFL ha suspendido también a varios jugadores en el año por violar su política de apuestas.
Quienes simpatizan con las apuestas deportivas han argumentado desde hace años que su legalización facilita el rastreo de actos indebidos. Un ejemplo serían los cambios inusitados en las líneas de apuestas.
Señalan que las apuestas ilegales, de las que no se lleva registro, son imposibles de monitorizar.
“Las apuestas se siguen realizando en estos estados, aunque no sean legales”, advirtió Fogel. “Lo que ello significa es que se hacen de una forma no regulada. No pagan impuestos. No hay un programa de integridad que se implemente y que pueda brindar protección y regulación. Las apuestas están ocurriendo. No digo que ése sea el motivo para aprobar una legislación, pero es una de las razones”.
Está por verse si más estados encuentran convincente ese motivo para legalizar las apuestas deportivas.