AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — Jon Rahm es el campeón del Masters y puede decir que el augurio fue el mensaje de una galleta de la fortuna de un restaurante chino de comida rápida hace casi 10 años.
Rahm estaba iniciando su segundo año con Arizona State cuando abrió la galleta que decía: “Tus talentos serán reconocidos y galardonados acorde”. Compartió el mensaje con su entrenador en Twitter diciendo: “¡Voy a ganar el Masters!”
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Si tan solo fuera así de simple. Nada fue tan fácil para el español de 28 años en esta edición hasta que elevó la bola sobre la trampa de arena para conseguir el par en el último hoyo que le permitió superar por cuatro golpes a Brooks Koepka y Phil Mickelson, el hermano mayor de su entrenador en la Universidad.
Desde que inició la segunda ronda el viernes, Rahm no estuvo a la cabeza hasta que Koepka comenzó a desdibujarse y perder precisión con los putts. No fue hasta después de 42 hoyos que Rahm se puso al frente y tomó el control del torneo cuando Koepka siguió cometiendo errores. El español mostró el aplomo necesario para ganar.
Ha sido así desde que Rahm comenzó a jugar y todos lo sabían.
Phil Mickelson predijo su grandeza antes de que el español se convirtiera en profesional en 2016 y aseguró que Rahm estaba entre los mejores 10 golfistas del mundo incluso antes de que ganara su primer torneo.
Rahm recuperó el primer lugar de la clasificación mundial con la victoria en el Masters — agregando a su título en el Abierto de Estados Unidos que ganó hace dos años en Torrey Pines. Incluso con siete victorias a nivel mundial en el último año, sigue en una cerrada puja con Scottie Scheffler.
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Pero el motivo por que el Rahm ha recibido tanta atención es que todos lo veían venir, con o sin galleta de la fortuna. Koepka ganó su primer título en la Gira de la PGA en el Abierto de Phoenix en 2015, el año que Rahm terminó empatado en el quinto puesto en su tercer año como universitario.
Aseguró su tarjeta de la PGA tras apenas cuatro torneos en la gira. Desde su primer año completo como profesional, ha ganado al menos un torneo al año y ha ganado 20 en todo el mundo.
Pero no hay que menospreciar que tiene un título en comunicación de Arizona State y que consiguió en cuatro años tras llegar a la universidad sin poder hablar inglés.
“Hicimos un gran esfuerzo para poder vencer a los mejores del mundo. Entonces ese es el nivel de intensidad y determinación que ves y por que me consideran un peleador”, aseguró Rahm. “No podría vivir conmigo mismo si no intentará lo mejor en cada tiro. Entonces puede ser que de ahí venga”.
Se sorprendió cuando alguien le mencionó que era el primer europeo en ganar el Masters y el US Open. Le preguntaron sobre completar el Grand Slam.
“No hay que adelantarnos”, advirtió.
Está a la mitad del camino y ahora necesita ganar el Campeonato de la PGA y el Abierto Británico. Pero es lo suficientemente bueno que no suena absurdo con o sin galleta de la fortuna.