PITTSBURGH (AP) — El balón se elevó. Y 21 de los 22 jugadores que estaban en el terreno del Three Rivers Stadium se quedaron paralizados en aquel día helado de diciembre, hace 50 años.
La excepción fue Franco Harris.
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El corredor de los Steelers de Pittsburgh siguió buscando el ovoide, con el instinto que había mostrado y seguiría mostrando durante la carrera que le llevó al Salón de la Fama. Y en el camino, cambió la percepción de una franquicia moribunda y de toda una región en problemas.
Los Steelers rara vez ganaban antes de su llegada en 1972. Pero desde el momento en que Harris realizó aquella “Inmaculada Recepción”, rara vez perdían.
Harris, el running back cuyo ingenio gestó la jugada más icónica en la historia de la NFL, ha fallecido. Tenía 72 años.
El hijo de Harris, Dok, informó a The Associated Press que su padre falleció durante la noche del martes. No se dio a conocer la causa del deceso.
Su fallecimiento ocurre dos días antes del 50mo aniversario de una jugada que fue clave para que los Steelers dieran al salto definitivo y se convirtieran en uno de los equipos de la élite de la NFL, y tres días antes que Pittsburgh había previsto una ceremonia para retirar su número 32 durante el descanso del partido contra los Raiders de Las Vegas.
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Harris había estado ocupado en la antesala de la celebración, concediendo entrevistas a la prensa el lunes, para hablar del momento con el que se le vinculará siempre.
“Resulta difícil encontrar las palabras apropiadas para describir el impacto de Franco Harris para los Steelers de Pittsburgh, sus compañeros, la ciudad de Pittsburgh y la Nación de los Steelers”, dijo el presidente del equipo Art Rooney II en un comunicado. “Desde su temporada, que incluyó la Inmaculada Recepción, Franco brindó alegría a la gente dentro y fuera del campo de juego. Nunca dejó de colaborar en diversas formas. Tocó a mucha gente y fue amado por tantos”.
Harris acumuló 12.120 yardas y ganó cuatro anillos del Super Bowl con los Steelers durante la década de los 70, una dinastía que comenzó de lleno cuando Harris no paró de correr tras un lanzamiento del quarterback de los Steelers Terry Bradshaw en el duelo de los playoffs contra Oakland en 1972.
Pittsburgh perdía por 7-6. En 4ta y 10 desde su propia yarda 40 y con 22 segundos por jugar en el último cuarto, Bradshaw retrocedió y lanzó profundo hacia el running back Frenchy Fuqua. Fuqua y el defensive back de Oakland Jack Tatum chocaron, y el ovoide quedó flotando justo por encima de la superficie sintética del Three Rivers.
Harris lo atrapó en la 45 de Oakland y corrió hacia a zona de anotación, en medio de varios defensores de los Raiders, para darles a los Steelers la primera victoria en los playoffs en su historia de cuatro décadas.
Aunque los Raiders reclamaron que la jugada era ilegal en el momento, con el paso del tiempo aceptaron su rol en la historia. El linebacker Oakland Phil Villapiano, quien marcaba a Harris en la jugada, llegó a participar en el 40mo aniversario de la misma en 2012, cuando se develó un pequeño monumento conmemorando el punto exacto donde se hizo la atrapada.
“Esa jugada realmente representa a nuestros equipos de los 70″, dijo Harris luego que la “Inmaculada Recepción” quedó primera en la votación sobre la jugada más destacada en la historia de la NFL al celebrar el centenario de la liga en 2020.
Aunque los Steelers perdieron la semana posterior ante Miami en la final de la Conferencia Americana, Pittsburgh daba los primeros pasos rumbo a convertirse en el equipo más dominante de los 70, ganando dos Super Bowls consecutivos, primero tras las temporadas de 1974 y 1975, y nuevamente tras las campañas de 1978 y 1979.
Y todo comenzó con una jugada que transformó a una franquicia y, en ciertos sentidos, a una región.
, dijo el presidente del Salón de la Fama del fútbol americano, Jim Porter. “Franco no sólo tuvo impacto en el deporte, sino que influyó en las vidas de mucha gente de una manera muy positiva”.