MADRID (AP) — Un español que viajaba a pie desde Madrid hasta Doha para el Mundial de la FIFA de 2022 podría estar detenido en Irán, donde desapareció hace más de tres semanas, según dijo su familia el miércoles.
“Hemos sabido esta mañana a través del Ministerio de Exteriores que es posible al 99% que esté arrestado”, dijo a The Associated Press Celia Cogedor, la madre del excursionista de 41 años Santiago Sánchez.
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“Estamos llenos de esperanza”, añadió.
La hermana de Sánchez tenía previsto reunirse el jueves con representantes del Ministerio español de Exteriores en Madrid para conocer más detalles.
El Ministerio de Exteriores indicó en un comunicado que la embajada española en Teherán estaba en contacto con las autoridades iraníes sobre la situación de Sánchez. Declinó dar más detalles.
Irán está sumido en una ola de protestas, lo que despertó temores por el estado de Sánchez cuando dejó de ponerse en contacto con su familia en España el 2 de octubre, al día siguiente de cruzar la frontera entre Irak e Irán. Había advertido a su familia de que las comunicaciones podrían ser difíciles en Irán.
Sánchez tenía previsto viajar a Teherán, la capital iraní, donde una televisora quería entrevistarle. Su siguiente parada habría sido Bandar Abbas, un puerto en el sur de Irán donde esperaba tomar un barco hasta Qatar. Pero su pista se desvaneció antes de que pudiera llegar a Teherán, explicaron sus padres.
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Sus padres reportaron su desaparición el 17 de octubre. La policía y el cuerpo diplomático español estaban ayudando a la familia, añadieron.
Esta no era la primera visita a Irán de Sánchez, un gran aficionado al fútbol que ya hizo una ruta similar en bicicleta en 2019 para llegar desde Madrid a Arabia Saudí.
Sus padres dijeron que estaban orgullosos de su espíritu aventurero y que sus únicos objetivos eran ayudar a los demás y promocionar el club del que era fanático, Real Madrid.
Sánchez desapareció en Irán tras semanas de crecientes protestas en la república islámica, que registra su movimiento contra el gobierno más grande en más de una década. Las manifestaciones estallaron el 16 de septiembre por la muerte de Mahsa Amini, una mujer de 22 años que había sido detenida por la policía iraní de la moral supuestamente por incumplir el estricto código de vestuario del país.
Teherán ha reprimido las protestas con violencia y acusado a enemigos extranjeros y grupos kurdos en Irak de fomentar los disturbios, sin ofrecer pruebas. El Ministerio iraní de Inteligencia dijo que las autoridades habían detenido a nueve ciudadanos extranjeros, la mayoría europeos, por sus supuestos lazos con las protestas.