SEATTLE (AP) — Había banderines colgando del barandal en octubre y logotipos pintados en el T-Mobile Park el viernes. Nada de eso se pudo apreciar en las últimas dos décadas mientras los Marineros de Seattle estaban atrapados en el purgatorio del béisbol.
Han pasado 21 años y la postemporada está de regreso en el Noroeste del país. Pero a menos de que el equipo logre algo mágico, la reaparición en casa podría limitarse a un juego.
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“Estoy ansioso por salir al campo con ellos", dijo el novato dominicano de Seattle Julio Rodríguez el viernes.
Rodríguez tenía menos de 1 año la última vez que Seattle fue anfitrión de un juego de playoffs. Ello ilustra el dolor de los aficionados que han tenido que esperar desde el 2001 para ver a su equipo recibir un duelo de postemporada.
Finalmente sucederá el sábado, cuando los Marineros enfrenten a Houston en el tercer juego de la Serie Divisional de la Liga Americana, en lo que será un hervidero de ruido y energía.
Pero después de un par de dolorosas derrotas en Houston, los Marineros juegan por la supervivencia en la serie al mejor de cinco.
“El factor del que creo no se habla mucho y creo que va a ser demostrado mañana en la primera entrada es el de los 45.000 aficionados de los Marineros en las gradas, llenos de energía y listos, y todos nosotros detrás. Pues ciertamente lo necesitamos”, enfatizó el mánager de Seattle Scott Servais.
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Seattle puso fin a la sequía más larga de postemporada de los cuatro deportes más importantes de Estados Unidos al confirmar su pasaje de comodín el 30 de septiembre. Desde ese momento fue claro que Seattle no sería local en ningún juego de comodín.
Así, creció la expectativa de que Seattle avanzara a la Serie Divisional para que los aficionados de los Marineros pudieran vivir la postemporada.
La última vez que Seattle recibió un juego de playoffs fue el 18 de octubre del 2001. Fue el segundo encuentro de la Serie por el Campeonato ante los Yanquis de Nueva York, después de que los Marineros ganaron 116 encuentros de campaña regular, para empatar el récord.
Ese día Seattle perdió 3-2 con los Yanquis y no volvió a recibir ningún juego en la serie tras perder en cinco duelos. Seattle ganó 93 partidos en cada una de las siguientes dos campañas, pero no fue suficiente para alcanzar los playoffs.
Y luego tocó fondo. Años de rabia y enojo y muchas, muchas derrotas que dejaron a una generación completa sin postemporada.
El entusiasmo contenido llevará a que el sábado haya una celebración sin importar las circunstancias que enfrentan los Marineros.