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Serena, emblema y ejemplo para afroestadounidenses

ARCHIVO - Serena Williams hace un saque a la italiana Sara Errani durante el Abierto de Madrid, el sábado 11 de mayo de 2013 (AP Foto/Daniel Ochoa de Olza, archivo) AP (Daniel Ochoa de Olza/AP)

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NUEVA YORK (AP) — En 2016, tras la muerte de dos ciudadanos negros baleados por la policía con tan sólo un día de diferencia, Serena Williams se unió a un coro de deportistas afroestadounidenses para pronunciarse.

“¡No me silenciarán!", advirtió.

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“¿No hemos pasado por suficientes cosas, abierto tantas puertas, impactado miles de millones de vidas?”, preguntó Williams en Facebook tras las muertes de Philando Castile, cerca de St. Paul, Minnesota, y Alton Sterling, en Baton Rouge, Louisiana.

“Me di cuenta de que debemos seguir. No es cuestión de cuánto hemos avanzado sino de lo mucho que nos queda por avanzar todavía”, escribió.

No fue la única vez que Williams abordó el espinoso tema político. En varias ocasiones se ha referido al precio profesional que debieron pagar otros deportistas negros, desde Muhammad Ali hasta Colin Kaepernick.

Después de casi tres décadas como figura pública, pocos pueden igualar la serie de logros, medallas y trofeos de Williams. Y en medio de todo eso, la ganadora de 23 cetros del Grand Slam no ha permitido que el público se olvide de que es una estadounidense negra que acepta su responsabilidad como representante de su gente.

Desde el comienzo de su carrera, llamó la atención que Williams se destacara en un deporte dominado por los blancos. La niña negra había pulido sus talentos formidables en las canchas públicas de Compton, California, lejos de los clubes privados y privilegiados de dons surgía la mayor parte de los tenistas destacados.

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Incluso como adolescente, su respuesta al racismo, la hostilidad y el menosprecio por parte del “establishment” la convirtió en un modelo a seguir para muchas afroestadounidenses.

Williams, de 40 años, ha indicado ahora que se dispone a colgar la raqueta, quizás en cuanto termine su participación en el US Open que arranca el lunes. Y los analistas deportivos harán recuentos de su reinado como una de las mejores de la historia.

Pero sin importar cuál sea su canto de cisne en el tenis, el estatus de Williams dentro y fuera de la cancha así como su impacto en la comunidad negra es incontrovertible.

“La mayoría de las personas negras entienden los sacrificios”, dijo Elle Duncan, conductora del noticiario SportsCenter de ESPN. “Si no pueden cuestionar tu juego, encontrarán otros motivos: Tus rastas, tu cabello, tu actitud, tu tipo de cuerpo, la ropa que usas. Eso fue siempre lo que se criticó de Serena, porque nunca fue su tenis”.

Cuando las mujeres y niñas negras eran criticadas por usar trenzas o rastas atadas con cuentas en el trabajo el aula o la cancha, muchas de ellas se sintieron reivindicadas al mirar a Williams y a su hermana Venus. Ambas golpeaban la pelota con potencia, mientras las cuentas emitían al chocar un sonido tan glorioso como su colorido.

Algunas rivales de Williams, frustradas por la incapacidad de vencerla recurrieron a quejarse sobre su corpulencia. ¿Cuál fue su respuesta? Digna y sin inmutarse, desestimó las preguntas de la prensa sobre el tema.

En otros momentos, una Williams más alegre realizó pasos de danza urbana en la cancha, tras ganar el oro en los Juegos Olímpicos de 2012 en Londres, una referencia a sus raíces en Compton.

Incluso como una deportista de elite que es ahora rica e influyente, Williams ha seguido aterrizada en la dura realidad actual. Tras coronarse en Wimbledon en 2016, se le preguntó qué podría hacerse para atender los problemas de fondo, tras la emboscada fatal de varios agentes policiales de Dallas por un francotirador para protestar por la muerte de ciudadanos negros a manos de las autoridades.

“No pienso que la respuesta sea seguir baleando a nuestros jóvenes negros en Estados Unidos... o a los negros en general”, respondió. “Y evidentemente, la violencia no es la respuesta para resolver esto. Los ataques a tiros en Dallas fueron muy tristes. Nadie merece perder su vida, sin importar el color de su piel o su lugar de origen. Todos somos humanos”.

Luego que la violencia con armas de fuego impactó a su propia familia, Serena y Venus Williams inauguraron un centro comunitario en Compton en 2016, para ofrecer consejos y terapias emocionales a los residentes afectados por la violencia.

El Yetunde Price Resource Center recibe el nombre de su media hermana, muerta por un ataque a tiros desde un automóvil en 2003.

Martin Blackman, extenista profesional, dijo que el recorrido de las hermanas Williams por el deporte inspiró a los estadounidenses negros como él, quienes veían a pocos jugadores como ellos en la arena.

“La gente pudo conectarse con la idea de no tener que ser rica para jugar este deporte, de no tener que seguir el camino tradicional para lograrlo", dijo Blackman, quien es ahora gerente de desarrollo de jugadores y entrenadores en la Asociación de Tenis de Estados Unidos (USTA).

“No eran parte de esto al comienzo”, dijo sobre Serena y Venus.

El temperamento de Serena fuera de la cancha tuvo tanto impacto como su dominio en los partidos, añadió Blackman.

“Simplemente tuvo aplomo para mantener equilibrio entre ser una fiera competidora, una mujer negra fuerte que se siente cómoda con su piel, alguien que siempre fue respetuosa y cortés, jamás perdió la compostura en las conferencias de prensa", añadió. “No es simplemente un modelo a seguir, sino un molde de lo que puedes hacer sin comprometer quién eres”.

En un momento clave de su carrera, Williams eligió mantenerse al margen del torneo de Indian Wells en California por muchos años, después de que ella y su padre dijeron haber escuchado insultos racistas de aficionados molestos por el hecho de que Venus abandonara antes de un encuentro con su hermana.

Los cuestionamientos a Serena Williams no terminaron ahí. Hubo momentos en que algunos tacharon su conducta de antideportiva.

En la final del US Open de 2018, durante su derrota ante Naomi Osaka, Williams gritó furiosa al sentir que el juez de silla la trataba injustamente. Un diario australiano la caricaturizó con rasgos físicos exagerados, semejantes a los dibujos racistas de la llamada era de la Reconstrucción.

La participación de los afroestadounidenses en el tenis se remonta a poco antes del comienzo del siglo XX. Sin embargo, se les mantuvo al margen te la antigua U.S. National Lawn Tennis Association y se les segregó a sus propios clubes.

Este mes, se cumplen 72 años de que Althea Gibson rompió esa barrera.

Gibson se convirtió en la primera tenista negra en la gira estadounidense, en la década de 1950, y conquistó múltiples títulos del Grand Slam. Es un motivo de orgullo de la American Tennis Association, fundada en 1916 para apoyar el talento de los negros en el tenis, entrenando a jugadores como Gibson y Arthur Ashe.

Pero el éxito de Williams elevó el interés por el tenis más allá de lo que había previsto la organización, dijo la presidenta de la ATA Roxane Aaron.

“Uno no tiene que ponerse los mismos zapatos que las otras personas”, dijo Aaron sobre las lecciones que la carrera de Williams enseñan a los nuevos jugadores. “Uno puede identificar incluso su propio camino, y es el que se debe recorrer sin importar lo demás”.

Las jugadoras que han surgido después de Williams, como Osaka y Coco Gauff, figuran entre talentos que citan a las hermanas Venus y Serena como inspiración en un deporte donde aún predominan los blancos.

Osaka nació en Japón y fue llevada a Estados Unidos cuando tenía 3 años. De madre japonesa y padre haitiano, ha considerado que Serena es “la razón principal” por la que sigue jugando al tenis.

La misma influencia no se ha apreciado en otros deportes donde falta diversidad, dijo Duncan, de ESPN.

“Con Tiger Woods, escuchamos a menudo lo inspirador que fue para esta nueva generación de golfistas negros... ¿la han visto?”, dijo. “Yo no la veo. Sí la veo con Serena.

“¿Será ella recordada como una de las mayores deportistas de todos los tiempos?", preguntó Duncan. “Sí, pero pienso que, más que nada, es una de las deportistas más influyentes de todos los tiempos”.

“Ella está jugando contra las mismas chicas a las que inspiró, estas chicas de chocolate que dicen: ‘Éste es un deporte de club de tenis pero, si Serena y Venus pueden dominar, ¿por qué yo no?’”.

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El periodista Howard Fendrich contribuyó con este despacho.

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Aaron Morrison está en Twitter como https://www.twitter.com/aaronlmorrison.

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