La presencia de Dennis Rodman en los Toros de Chicago fue fundamental para que la institución hiciera historia en la NBA.
Junto a Michael Jordan y Scottie Pippen formó un tridente de miedo, que terminó por ser uno de los más ganadores en el campeonato estadounidense.
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Dennis era el tipo diferente, el que era capaz de llevarse todos los focos con su personalidad.
Precisamente, Rodman era el más extrovertido de los tres, pues con su manera de vestir o el color de su cabello absorbía las críticas que podían llegar a tener.
En la duela su presencia fue fundamental, ya que era el tipo que estaba dispuesto a entrar a la disputa física. Incluso, en más de una ocasión, defendió a Jordan y Pippen.
La infancia de Dennis no fue nada sencilla, pues, cuando tenía tres años, su padre lo abandonó.
El exjugador de los Toros creció junto a su madre y hermanas, por lo que pronto corrió la responsabilidad de ser el hombre de la casa.
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Aunque no lo parecería, Rodman sufrió bullying, puesto que no era un chico tan alto, situación que aprovechaban sus compañeros para agredirlo.
Pero cuando cumplió 18 años, el exjugador creció más de 30 de centímetros, lo que lo ayudó a no sufrir más abusos.
A diferencia de Jordan, Dennis era un tipo extrovertido, que no tenía reparo y en cualquier momento expresaba lo que sentía.
Incluso, el expresidente de Estados Unidos, Bill Clinton, era fanático de la excentricidad de Rodman.
Pese a que fue criticado por muchos, la realidad es que el originario de Nueva Jersey fue alabado por otra gran cantidad aficionados, que lo veían como la piedra medular del éxito de Chicago.
“Me sorprende que todavía estoy vivo. Mucha gente pensó que estaría muerto a los 40, 45, 50, 55, cumplí 60 y dije: ‘Wow, todavía estoy aquí’. Alguien tiene una mano en mi hombro y dice que me queda mucho para cumplir con algo a la gente de todo el mundo.
— Dennis Rodman, exjugador de los Toros de Chicago