Julio César Chávez Jr. llevó una etiqueta muy difícil desde sus primeros años en el boxeo.
El mexicano cargó con la losa de superar lo hecho por su padre, quien es una de las grandes leyendas del pugilismo mexicano.
Sin embargo, el Jr. no pudo acercarse a las hazañas de su papá, principalmente, por estar involucrado en temas de adiciones.
Uno de sus mayores fracasos llegó cuando se enfrentó a Saúl Álvarez, puesto que fue un combate soñado por los aficionados.
Julio no pudo responder a los embates del tapatío y quedó exhibido ante el mejor libra por libra de la actualidad.
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Su padre vio caer a su hijo, desde la grada, y lamentó que su caminó en el deporte no haya tenido un mejor desenlace.
Ahora, Chávez Jr. está afrontando uno de los desafíos más complejos de su carrera, pues está combatiendo las adicciones.
Desde hace un mes, el pugilista fue internado en una clínica de rehabilitación, en donde trata de reencontrarse con su mejor versión.
Su padre y familiares tomaron la decisión de llevarlo a ese lugar, pues desean que enderece un poco su camino, antes de que el desenlace sea fatal.
“Me siento cómo todos los padres, todos los papás sufren cuando un hijo tiene una enfermedad o un problema, pero, afortunadamente, gracias a Dios, lo bueno es que yo soy una persona consciente de que mi hijo está mal y hay que ayudarlo.
“Espero que Julio, muy pronto, se reintegre a la sociedad; se reencuentre con su familia, con su esposa e hijos y todo va a volver a la normalidad. Yo pienso que van a estar bien física, mental y espiritualmente, porque son buenos y muy nobles. Desafortunadamente, en ciertas ocasiones toman el camino equivocado mis hijos”.
— Julio César Chávez, leyenda del boxeo
Talento desperdiciado
En repetidas ocasiones, la leyenda de los encordados confesó que sus hijos tenían mucho talento para destacar en el boxeo profesional.
Sin embargo, se dejaron guiar por los malos pasos, como los que él tuvo en algún tramo de su vida.
“Ha sido muy desgastante para mí, todo mundo me pide consejos y estos canijos me ignoran, que cosa tan increíble. Los dos tienen mucho talento, pero desperdiciado por la indisciplina. La primera vez que yo ingresé a un centro de rehabilitación, pasé los cuatro meses más feos de mi vida.
“Hasta el día de hoy, llevo 10 años limpio; me ha costado mucho trabajo y, gracias a Dios, tengo varias clínicas y hemos ayudado a muchas personas que tenían el problema que yo tuve”.
— Julio César Chávez, leyenda del boxeo