Zelda Williams, hija del fallecido actor Robin Williams, ha hecho un llamado público para detener la generación y el envío de imágenes y videos creados por Inteligencia Artificial que recrean a su padre.
La actriz y productora argumenta que la tecnología de deepfake está avanzando tan rápido que las creaciones son indistinguibles de las reales, calificándolas como reproducciones digitales sin valor artístico.
La invasión del Deepfake Post-Mortem
El uso de la Inteligencia Artificial Generativa para recrear a figuras públicas fallecidas se ha convertido en un fenómeno viral. Sin embargo, para los familiares de estas celebridades, representa una intrusión digital y una fuente de angustia.

Zelda Williams, hija del legendario comediante Robin Williams, se ha visto obligada a emitir una súplica pública para frenar el envío constante de este contenido, especialmente deepfakes de video y audio que la recrean a su padre.
La solicitud de Zelda se centra en el impacto emocional, señalando que la tecnología ha alcanzado un nivel de sofisticación que hace que las imágenes y videos sean “cada vez más difíciles de distinguir de las reales”, cruzando una línea de respeto y duelo.
La distinción entre arte y reproducción digital
El argumento central de Zelda Williams apunta directamente al valor intrínseco de estas creaciones.
“No están haciendo arte”, afirmó Zelda Williams en su declaración.
Su postura es que el uso de la IA en este contexto es una reproducción digital barata que carece del esfuerzo, la intención y el respeto que conlleva el arte o un homenaje genuino. Al automatizar la recreación de la imagen y voz de una persona sin su consentimiento (o el de su familia), la tecnología se enfoca en la capacidad de imitar y copiar, y no en la creatividad.

La crisis de los derechos digitales de los fallecidos
El caso de Robin Williams es solo uno de los muchos ejemplos en los que los derechos de imagen y voz de las celebridades fallecidas están siendo vulnerados por la IA.
Este incidente pone de relieve una crisis ética en la era digital: la falta de límites claros sobre quién tiene el control del legado digital de un ser querido que ya no puede dar su consentimiento. Mientras que la ley tradicional protege los derechos de autor de las obras, la rápida evolución de la IA que puede generar nuevos contenidos (deepfakes) a partir de material existente plantea un vacío legal urgente que los legisladores aún no han abordado.

La actriz concluye su llamado pidiendo respeto por el proceso de duelo y por la memoria de su padre, más allá de la curiosidad o la capacidad técnica de la Inteligencia Artificial.

