En el mundo digital donde todo quiere parecer real, OpenAI decidió hacer justo lo contrario: crear una plataforma en la que la inteligencia artificial no se disfraza, se celebra. Su nombre es Sora 2 y, aunque parece otra copia de TikTok, podría ser el comienzo de una revolución creativa hecha de prompts, no de cámaras. En Applesfera lo probaron, y los resultados son sorprendentes.
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¿Qué es Sora y por qué todos hablan de ella?
Sora es la nueva app de OpenAI que genera vídeos enteros usando IA. No clips, no filtros, no efectos: vídeos completos creados desde cero, con tu cara, tu voz, tus ideas... pero sin que tú tengas que mover un dedo (más allá de escribir un buen prompt, claro).
Pero lo verdaderamente rompedor de Sora no es su interfaz ni su exclusividad. Es su propuesta: contenido 100% generado por IA, sin necesidad de parecer “real”. Aquí no hay simulación: hay declaración de intenciones.
El formato es familiar, pero el contenido es otra historia
Nada más entrar a Sora, lo primero que salta a la vista es su parecido con TikTok o Reels. Feed infinito, vídeos verticales, scroll hipnótico. Pero cuando uno se fija, todo cambia: cada clip está hecho íntegramente por IA. Guion, imagen, voz, animaciones... incluso tú puedes aparecer sin estar ahí.
Y eso no es un fallo. Es parte del encanto.OpenAI no quiere que los vídeos parezcan humanos. Quiere que abraces el hecho de que no lo son.
Crear con IA sin disimulo: ¿liberación o locura?
Durante años, las redes sociales intentaron camuflar la inteligencia artificial. Que no se notara. Que pareciera natural. Que pasara desapercibida.
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Sora hace lo contrario: te lanza al futuro sin paracaídas. Aquí, los vídeos se generan desde un breve clip tuyo leyendo números, y lo que sigue es pura fantasía algorítmica. ¿Quieres un viaje a Roma? Hecho. ¿Un tutorial con tu cara explicando el iPhone 17 (que aún no existe)? También.
El pacto con el espectador es claro: esto es IA, y está bien que lo sea.
De influencer técnico a director creativo
Con Sora, lo importante ya no es tener la mejor cámara o el trípode más caro. Lo importante es tener la mejor idea. Como en una versión digital de la revolución industrial, las tareas manuales pasan a la IA, mientras el humano se convierte en director creativo.
Eso sí, eso de “tener las mismas herramientas que todos” tiene un precio: destacar será más difícil. Se acaba el dominio del que mejor editaba, y empieza el reinado del que mejor imagina.
Cameos y clones: tú, sin estar
Una de las funciones más impactantes es que Sora te puede clonar con apenas 10 segundos de grabación. Tu cara, tu voz, tus gestos… reproducidos con una precisión que da un poco de miedo (pero también muchas ideas).
Esto es lo que transforma a Sora de “juguete divertido” a “potencialmente revolucionaria”. Porque no solo genera vídeos, te mete dentro de ellos.
Exclusiva y adictiva: la estrategia de las invitaciones
OpenAI ha optado por un sistema de invitaciones limitado: cada usuario tiene solo cuatro. Y funciona. La escasez ha convertido la app en un objeto de deseo, como cuando Clubhouse o Google+ estuvieron de moda. Pero aquí hay una diferencia: la gente realmente quiere probarla porque los resultados son espectaculares.
¿Queremos vivir en este metaverso?
Todo esto nos deja con una gran pregunta: ¿queremos más contenido que no tenga ningún pie en la realidad? Porque Sora lo hace posible, sí. Pero también plantea un nuevo dilema sobre autenticidad, representación y creatividad.
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De momento, lo cierto es que Sora no amenaza directamente a TikTok. Pero sí empieza a cambiar las reglas del juego. No tanto por cómo se ve, sino por cómo se crea. Y eso, en el mundo del contenido, es casi todo.