Meta, la compañía matriz de Facebook, Instagram y WhatsApp, ha revelado su estrategia más clara y agresiva para rentabilizar su multimillonaria inversión en Inteligencia Artificial (IA). La empresa de Mark Zuckerberg ha anunciado que utilizará todas las interacciones y conversaciones que los usuarios tengan con su asistente, Meta AI, para personalizar los anuncios y el contenido que aparecerá en sus feeds y plataformas.
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La medida entrará en vigor el 16 de diciembre, a partir de esa fecha, los datos generados al conversar con el chatbot de Meta AI —ya sea directamente en las aplicaciones o a través de dispositivos como las gafas Ray-Ban Meta— serán empleados para afinar el perfil publicitario del usuario.

Un enfoque de negocio vs. la competencia
Mientras que otras grandes tecnológicas como Google, Amazon y Microsoft han enfocado la amortización de su inversión en IA en sus servicios de computación en la nube, Meta se apoya en su motor de ingresos más fuerte: la publicidad.

Este enfoque difiere de la estrategia de la mayoría de los competidores. Chatbots como ChatGPT, Claude o Gemini utilizan, en general, las conversaciones para mejorar y entrenar su modelo de lenguaje. En contraste, Meta utilizará estos datos como una nueva fuente de información para su sistema publicitario, el cual ya impulsa gran parte de su crecimiento (sus ingresos aumentaron un 22% en el segundo trimestre gracias, en parte, a la publicidad).
Los riesgos de la “vigilancia” y la privacidad
Aunque Meta afirma que los usuarios pueden ajustar el contenido y los anuncios desde sus ‘Preferencias de anuncios’, el artículo de Xataka subraya que no habrá una forma de evitar que estas conversaciones se usen para personalizar los anuncios, a menos que el usuario opte por dejar de usar Meta AI por completo. La compañía sí se compromete a no utilizar información sensible como creencias religiosas, orientación sexual, política, salud o cuestiones raciales.

Sin embargo, expertos han levantado la alarma sobre las implicaciones de privacidad. En declaraciones citadas por el medio, la coautora del estudio sobre modelos de lenguaje, Emily Bender, criticó la estrategia de Meta al señalar que esto es “vigilancia disfrazada de personalización”. Además, Bender alertó sobre la “ilusión de privacidad” que los usuarios sienten al interactuar con un chatbot, lo que podría llevarlos a revelar inadvertidamente información que nunca compartirían en un contexto público.

Para Meta, aunque su IA no sea considerada la “superinteligencia” que Zuckerberg ha prometido, la compañía demuestra tener el plan de negocio más claro para transformar miles de millones de inversión en rentabilidad publicitaria.