La esquina de la calle Celis Aguilera, en Caguas, pronto latirá con un nuevo espacio pensado para relajarse y disfrutar sin prisa. Bar Celis es un local íntimo, con capacidad para unas 32 personas, diseñado para compartir una exquisita propuesta gastronómica en un ambiente acogedor de estilo hi-fi bar, acompañado por música en vinilos europeos.
El nombre Bar Celis es un juego de palabras que honra tanto a la calle donde se ubica el espacio como a la ciudad de Barcelona, cuna del tapeo.
PUBLICIDAD
La propuesta culinaria contará con un menú inicial de 16 a 18 platos, desde ‘snacks’ tradicionales como aceitunas y boquerones, hasta tapas creativas y paellas en formato ‘sharing plates’.
Este concepto que viene de ‘high fidelity bar’, inspirado en la cultura musical de alta fidelidad, marcará un giro en la manera de entretenerse en la zona. Ya no basta con conversar. Sin duda, la propuesta invita a detenerse en la música y a saborear cada nota como parte de una experiencia gastronómica multisensorial pensada para disfrutarse con calma.

Detrás de la idea está el chef Luis Miguel Díaz, conocido por transformar un ‘food truck’ en fenómeno gastronómico y, más recientemente, por darle vida a Bodega Esquina Gastronómica, justo al frente.
Para Díaz, este proyecto no es casualidad. Desde niño, acompañaba a su padre a cursos de cocina en San Juan, absorbiendo sin saberlo el oficio que lo marcaría. Se formó en Miami, Florida, regresó a Puerto Rico y se curtió en cocinas que lo hicieron madurar de golpe: trabajó junto a figuras como José Enrique y Roberto Treviño, aprendiendo el rigor del oficio y la adrenalina del servicio.
Después llegó Cosecha, su primer ‘food truck’, cuando todavía nadie apostaba por ese formato. Fue pionero sin proponérselo y en diez años creó un nombre propio que se extendió a otros proyectos sobre ruedas, hasta que el instinto lo llevó a diversificar sus conceptos.
PUBLICIDAD
Hoy, con Bodega consolidada, vuelve a mirar hacia la esquina contraria y se permite otro sueño. “Me encanta la tradición española, esa idea de la taberna donde se come, se bebe, se conversa sin prisa. Eso es lo que quiero traer a Caguas, pero con mi personalidad y los productos de aquí”, explicó Díaz sobre el segundo proyecto que estrenará con el apoyo de su esposa Gabriela.
Por eso, Bar Celis no será un salón inmenso ni impersonal, será un espacio íntimo, con mesas cercanas que inviten a compartir platos, escuchar vinilos en un hi-fi bar y dejarse llevar por el ambiente.

El menú se mueve entre la memoria y la reinvención: tortillas españolas servidas en brunches de fin de semana, panes con tomate elaborados con masa madre y tomates de Puerto Rico, mariscos preparados al estilo tradicional pero con acentos locales. Habrá sorpresas que juegan con lo cotidiano, como un steak tartare servido dentro de una bolsa de papitas fritas españolas, a medio camino entre lo callejero y lo sofisticado. El mismo espíritu se refleja en la chistorra puertorriqueña al jerez, creada en colaboración con productores locales para dar un giro criollo a la receta clásica. Y en el corazón de la cocina, acompañando al chef, estarán los sous chefs Kevin Jiménez y José Guillermo de León, parte esencial del equipo que da forma al concepto.

Pero Bar Celis no vivirá solo de su cocina. La barra, bajo la dirección de Joafner Marrero, tendrá el mismo peso en la experiencia. “Cada cóctel contará una historia”, describió Marrero. Uno de ellos, 200 Cartas, inspirado en la película del mismo nombre, se prepara con ron puertorriqueño y frambuesa fermentada, evocando una mezcla de cine y nostalgia. Otro, un Martini Bar Celis diseñado especialmente para la casa, incorpora piña de Caguas y vermouth blanco infusionado, coronado con una gilda española, también conocida como pintxo vasco.
El ambiente buscará ser más que un bar: un lugar de encuentro. Habrá proyecciones de cine europeo, partidos de fútbol transmitidos en pared, brunches de tortilla y cañas desde las 11:00 a.m., y un pulso nocturno entre semana que permita descubrir la ciudad desde otra perspectiva. “Bar Celis es un bar feliz, un espacio acogedor donde uno se sienta, comparte y se queda un rato más de lo planificado”, añadió Díaz, con la convicción de quien no solo abre un negocio, sino un punto de encuentro de alta gama para la comunidad.
La apertura está prevista para principios de octubre, sin reservas ni formalidades, basta llegar, dejarse anotar y esperar entre música, conversación y el olor de algo que se cocina al otro lado de la barra.