El expresidente estadounidense Donald Trump presentó el lunes una demanda contra la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, recurriendo a una estrategia familiar pero rara vez exitosa con el propósito de dar fin a una investigación civil sobre sus prácticas empresariales, la cual —alega— tiene motivos meramente políticos.
En la demanda, presentada ante una corte federal dos semanas después de que James solicitó que Trump acuda a rendir declaración el 7 de enero, el expresidente sostiene que la pesquisa sobre asuntos que incluyen la tasación de activos de su compañía ha violado sus derechos constitucionales en un “esfuerzo ligeramente disimulado de difamar públicamente a Trump y sus socios”.
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La demanda describe a James, una demócrata, como alguien que siente un “desdén personal por Trump” y subraya los numerosos comentarios que ella ha hecho en años recientes, incluyendo el apoyo a protestas en contra de él, sus alardes de que la fiscalía a su cargo demandó a su gobierno 76 veces y tuits durante su campaña de 2018 en los que advierte que ella tiene los “ojos puestos en la Torre Trump” y que a Trump se le “está acabando el tiempo”.
“Su misión está guiada únicamente por un ánimo político y un deseo de acosar, intimidar y tomar represalias contra un ciudadano privado a quien ella considera un rival político”, escribieron los abogados del expresidente en la demanda, presentada a nombre de Trump y su compañía, la Organización Trump.
En un comunicado, James respondió que “la Organización Trump ha intentado continuamente retrasar nuestra investigación a sus negocios empresariales, y ahora Donald Trump y su compañía del mismo nombre han presentado una demanda como un intento de ataque colateral a esa investigación”.
“Para dejar las cosas en claro, ni el señor Trump ni la Organización Trump pueden ordenar si ellos responderán por sus actos, ni dónde. Nuestra investigación no se dejará intimidar porque nadie está por encima de la ley, ni siquiera alguien con el apellido Trump”.