La inflación se convirtió en uno de los principales problemas de la economía cubana luego de la unificación monetaria iniciada a comienzos de este año —que conllevó una reforma de salarios— y al menos en el mercado informal el aumento sostenido en el nivel de los precios alcanzó un incremento de 6.900%, estimó un alto dirigente.
El exministro de Economía y actual diputado Marino Murillo compareció ante sus colegas de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Parlamento, reunidos esta semana y reconoció –pues también se desempeña como jefe de una comisión de reformas del Partido Comunista de Cuba– el fuerte impacto de la inflación en la isla.
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Un reporte sobre la presentación de Murillo fue difundido por el portal oficial en Internet, Cubadebate.
Según el funcionario, para este año “se diseñó” una inflación mayorista de 1.200% en el marco de una unificación monetaria y salarial que comenzó en enero y a la que las autoridades llamaron “Tarea Ordenamiento”. Ésta buscaba imponer un único medio de pago y arreglar el desorden financiero producto de la existencia de dos divisas en ese momento: el propio peso cubano –que fue el billete que quedó– y el peso convertible –eliminado–.
El funcionario indicó que, sin embargo, en “el mercado informal” se dispararon los precios hasta en un 6.900%. Las autoridades no revelaron el monto de la inflación formal.
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Junto con un incremento de precios programados a partir de la profunda reforma financiera que conllevó también un aumento de los salarios –el salario medio pasó de 800 pesos cubanos (35 dólares) a unos 3.500 (145 dólares) –, se produjo la agudización de la crisis económica debido a la pandemia y a las sanciones estadounidenses contra la isla que provocaron desabastecimientos.
La falta de toda clase de productos incluyendo alimentos, aseo y medicinas fue acompañado de un amplio mercado negro de revendedores cuyo impacto recae finalmente en la población. Además, algunas mercancías solo se consiguen en las tiendas en divisas extranjeras –sobre todo dólares–.
Según el gobierno, la moneda estadounidense se cotiza a 24 pesos cubanos, pero dado que las autoridades no venden ese billete en bancos oficiales, los cubanos que deseen comprar en los comercios abastecidos deben pagar por un dólar 70 pesos cubanos en el propio mercado negro o paralelo. Sumado a ello no hay lugares de venta mayoristas, por lo cual los productores y emprendedores adquieren los dólares a 70, se abastecen en las mismas tiendas minoristas y a partir de allí ponen precios para los consumidores finales cada vez más altos.
La carne de puerco, básica en la dieta de los cubanos costaba 40 pesos (1.66 dólares) antes de la “Tarea ordenamiento” y actualmente se consigue –cuando la hay– por 150 pesos cubanos (6,25 dólares). Además de las mercancías tuvieron suba de precios los servicios como la luz y el gas.
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