El destituido presidente de la Universidad de Puerto Rico, Jorge Haddock, se despidió el sábado de la comunidad universitaria.
“Dejo a la universidad en una mejor situación que en la que se encontraba hace 3 años cuando inicié mis funciones como presidente; acreditada, en cumplimiento con sus estados financieros y mejor posicionada para competir y sobresalir a nivel local y global, lo que me enorgullece. Aunque los resultados obtenidos hasta el momento sobrepasan las expectativas, el plan trazado queda inconcluso con mi pronta partida. Ante estos esfuerzos y logros, la universidad necesita continuidad, en especial en los proyectos para la transformación informática, la cual presenta rezagos de más de dos décadas”, dijo Haddock en su carta a la comunidad universitaria.
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“Ha sido un honor y un privilegio aportar a la transformación de mi amada alma mater, la Universidad de Puerto Rico. Me voy con la satisfacción del deber cumplido con la entidad que me formó como profesional, con la certeza de que todas las decisiones que tomé fueron guiadas por mis principios y convicciones en beneficio de los estudiantes, docentes y la institución. Siempre estaré disponible para servir y trabajar por la universidad desde cualquier escenario dentro y fuera de la isla, como lo he hecho a través de mi vida”, añadió.
A su sucesor o sucesora en la presidencia, le deseó “el mayor de los éxitos en cada una de sus gestiones, pues su triunfo será ganancia y victoria para nuestra Universidad, patrimonio de todos los puertorriqueños”. Al mismo tiempo, le hizo un llamado “a continuar protegiendo a la institución de presiones internas y externas”.