El 24 de julio de 2020, Coral Edgar, de 26 años, contactó a su expareja. Ya no tenían una relación, pero la joven, que trabajaba de modelo, le ofreció sexo para que fuera a su casa en Carlisle, Inglaterra.
Lee McKnight, de 26 años, no pudo resistirse a los encantos de su ex y partió a la casa, una decisión que le costaría la vida.
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El sujeto llegó a la casa de Edgar a las 2 de la mañana, pero lo que encontró no fue sexo, sino que a Jamie Davison, de 26 años, un traficante al que le debía 2.000 libras esterlinas (más de $2.100.000).
McKnight tenía un “negocio” de venta de marihuana y cocaína, y Davison era su intermediario, que lo surtía de las drogas.
En el juicio se determinó que traficaban cerca de 500 mil libras por año, o seas más de 520 millones de pesos chilenos.
Según quedó en evidencia en la investigación, Davison contactó a la modelo para servir de anzuelo para atraer a McKnight.
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Dar un ejemplo
Juntos sujetos, Davison quiso dar un ejemplo con el ex de Coral, a quien torturaron por más de dos horas y, aún con vida, lanzaron a un río, donde murió ahogado.
La justicia inglesa condenó a cinco personas por el crimen de McKnight, entre ellos a la modelo, quien recibió cadena perpetuar.
La abogada de Coral, Caroline Goodwin, aseguró que la modelo se encontraba en momento delicado y muy vulnerable a las manipulaciones.
Según detalla Daily Mail, la profesional explicó que Coral “no era responsable de la aplicación de la violencia. Tampoco no tenía control sobre lo que se buscaba con esta violencia”.