Los jugadores brasileños estaban reticentes a disputar la Copa América como anfitriones. Ahora que han accedido, son los favoritos para ganarla.
Argentina luce como una amenaza para Brasil, su archirrival. Pero ahora, la Albiceleste no estará jugando en casa.
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Tanto Argentina como Colombia quedaron descartadas como coanfitrionas del torneo. Brasil aceptó la sede, de último minuto y en medio de un alto número de contagios de coronavirus.
Está por verse si jugar fuera de casa resta presión a Lionel Messi y a la selección argentina.
El torneo se pone en marcha este domingo, en el Estádio Mané Garrincha de Brasilia, donde el campeón defensor Brasil se medirá con una Venezuela que carecerá de un número no precisado de los jugadores con los que contaba originalmente para encarar el certamen.
Autoridades de salud en Brasil confirmaron en las primeras horas del sábado que se registraron 12 casos positivos de COVID-19 en la Vinotinto, entre jugadores y cuerpo técnico. De última hora, CONMEBOL ajustó su reglamento para permitir que las selecciones realicen un número ilimitado de sustituciones en sus plantillas en estos casos.
La final se llevará a cabo el 10 de julio en el Maracaná de Río de Janeiro, uno de los epicentros del COVID-19 en el país, donde han muerto más de 480.000 personas a consecuencia del padecimiento.
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No se permitirá que asistan espectadores a un solo partido, debido a las restricciones impuestas por la pandemia que obligó ya a que el certamen se aplazara un año, antes de cambiarse también de sede.
Los jugadores brasileños pusieron fin a las especulaciones sobre un boicot potencial el miércoles, cuando emitieron un manifiesto en el que se dijeron descontentos con la decisión de mudar el torneo a su país pero aclararon que jamás se negarían a vestir la casaca brasileña.
Y si las eliminatorias sudamericanas son un referente, Brasil es el favorito incuestionable. Ha ganado sus seis partidos clasificatorios a Qatar 2022 y ostenta una ventaja de seis puntos sobre Argentina, que es segunda.
Con la adición de Neymar, que se perdió la coronación en la Copa América de 2019 por lesión, el técnico brasileño Tite no sólo confía en revalidar ese cetro, sino en aprovechar los próximos 30 días como una oportunidad de preparación para el Mundial.
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Hay enigmas por resolver en la Verdeamarela. Alisson no es ya el titular indiscutible en el arco, y Ederson recibirá más oportunidades para parar de inicio.
El capitán Casemiro desconoce si jugará como contención junto a Douglas Luiz, Fred o Lucas Paquetá. Adelante, hay cuatro opciones para acompañar a Neymar: Gabriel Jesus, Roberto Firmino, Richarlison y Gabriel Barbosa “Gabigol”.
La selección venezolana no había revelado posibles adiciones en su plantel, tras los casos de coronavirus confirmados entre 12 de sus integrantes.
“Todos están asintomáticos, aislados en habitaciones individuales y siguen bajo observación del equipo de la CONMEBOL y del Centro de Informaciones Estratégicas para la Vigilancia de la Salud (CIEVS), de la Secretaría de Salud”, informó el Ministerio.
Los contagios se suman a las preocupaciones del portugués José Peseiro, técnico de Venezuela, una selección que jamás ha conquistado la Copa América y que ahora acusará bajas para enfrentar a un Brasil que ahora es local.
El torneo se dividirá en grupos de cinco equipos. En el A figuran Argentina, Bolivia, Uruguay, Chile y Paraguay. Brasil encabeza el B, con Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú.
Los cuatro mejores de cada llave avanzan a los cuartos de final, cuyos primeros dos duelos se disputarán el 2 de julio en el estadio Nilton Santos de Río de Janeiro y en el Olímpico de Goiania. Los otros dos encuentros serán el 3 de julio, en el Olímpico y en el Mané Garrincha.
Las semifinales se realizarán el 5 de julio en el Nilton Santos y en Brasilia al día siguiente.